Carta a Dios

Antes de abandonar el Vaticano “alguien” escribió una misiva dirigida a Dios. Se la dejó, con copia a nosotros, en el Altar mayor a San Pedro. La reproducimos por su simpatía irónica: “Hola Dios ¿Como estas? Escribo para saludarte y porque ahora si tienes que ayudarnos: La "canasta básica" con la que nos mandaste al mundo, se ha agotado en los últimos años. Por ejemplo, la paciencia se acabo por completo. Igual que la prudencia y la tolerancia. Ya quedan poquitas esperanzas y el frasquito de fe, esta también vacío. La imaginación también escasea por estos rumbos. Debes saber que hay cosas de la canasta que ya no se necesita como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos corajes y problemas nos han ocasionado. Así que quisiera pedirte nuevos productos. Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope), y mandarnos por favor el curso intensivo de "Cómo ser más prudentes", volúmenes 1, 2 y 3. Envíanos también varias bolsas grandes, pero "bolsas grandes" de madurez que tanta falta hace. Quisiera un costal de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera. Te pido que nos mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a los pies y tenerlos siempre sobre la tierra. Si tienes por ahí guardada una brújula, para orientarlos y tomar el camino correcto, te la agradeceríamos mucho. Regálanos imaginación otra vez; pero no demasiada. Debemos confesar que en algunas ocasiones se tomaron grandes cantidades y nos empacharon. Nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza, nos caerían excelente. Te pido también una paleta con colores para pintar la vida cuando la veamos gris y oscura. Como hoy ocurre. Sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que hace daño. Mándanos un botecito de merthiolate y una cajita de curitas para sanar el corazón. Últimamente ha tropezado bastante y tiene muchos raspones. Te pedimos unos disquetes, porque tenemos el cerebro lleno de información y necesita espacio para guardar más. Muchas zanahorias, para que tengan buena vista y no dejen pasar las oportunidades, por no verlas. Necesitan también un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vean se acuerden de que el tiempo corre y no deben desperdiciarlo. Podrías mandar muchísima fuerza y seguridad, en nosotros mismo. Vamos a necesitarla para soporta éstos tiempos difíciles. Para levantarnos cada día aciago. También quisiéramos un bote de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que nos vaya bien en la vida. Y unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir los sueños. Necesito también una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos. Pero más que nada, te pido que me des mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga algo que llevarte y veas que no desperdicie el tiempo aquí en la Tierra. De antemano te agradezco lo que me puedas mandar y si es el doble de todo lo que me mandaste la primera vez, mejor. Con mucho cariño te recuerdo día y noche. Yo”.
craveloygalindo@yahoo.com.mx