(Carta a Don Héctor)

LO PEOR QUE PUEDE HACER un gobierno es quedarse cruzado de brazos cuando existen problemas. Lo peor que pueden hacer las autoridades es quedarse sentados y esperar que Dios, la Virgen María y el Espíritu Santo se les aparezca y por un milagro les resuelva los pendientes, como por ejemplo, la inseguridad pública existente.

Y muchos hacen eso. Es decir, quedarse cruzados de brazos y esperar que otros les resuelvan los problemas que tienen la obligación de atender y resolver. Muchos presidentes municipales así lo están haciendo, es decir, llevársela ’de a muertito’, lo cual parece es lo más normal entre los alcaldes.

Eso parece explicar el extrañamiento y las críticas de la que es objeto el presidente municipal de Acapulco, quien al igual que el gobernador del estado, buscan por todos los medios, en el marco de sus facultades, mecanismos de ayuda y acciones para prevenir y combatir el principal problema que enfrenta el estado, es decir, la inseguridad y la violencia.

Así por ejemplo, pese a las acciones que lleva a cabo el gobierno del estado con el apoyo del gobierno federal para prevenir y combatir el delito, hay quienes exigen un comisionado especial en materia de seguridad, que, en los hechos, haría lo mismo que hace el Grupo de Coordinación Guerrero. Es decir, la exigencia de un comisionado no tiene más fin que poner en entredicho el trabajo del gobernador Héctor Astudillo Flores.

Y lo mismo ocurre con el alcalde Evodio Velázquez Aguirre. En vez de esperar a que otros le resuelvan lo que por ley está obligado a hacer, el presidente municipal de Acapulco está en Colombia, con el fin de conocer experiencias que puedan aplicarse en el puerto en materia de seguridad. Y por eso, precisamente porque fue a aquel país, donde sus autoridades lograron resolver el problema de la violencia, el munícipe es objeto de críticas y de censura.

Ya lo dije. Lo peor sería que se echara en la hamaca y allí esperara que le resuelvan el problema. En vez de eso, el alcalde porteño está haciendo lo que considera debe hacer, aún a costa de las críticas de sus adversarios o de quienes tienen otra visión de cómo resolver el problema de la inseguridad y violencia que, ciertamente, no es exclusivo de Acapulco y de Guerrero.

Como bien lo dice el presidente de la República, los gobernantes no están para ganar aplausos ni popularidad, cual si fueran artistas, sino para resolver problemas, incluso, pese a las críticas, como ahora las tiene el alcalde porteño. Colombia pasó por los mimos problemas que hoy enfrenta el estado, y qué mejor que ir a conocer las experiencias de cómo le hicieron sus autoridades.

Es cierto. Las autoridades están para resolver problemas, ya lo dije, y así como lo hace el Presidente Enrique Peña Nieto, se buscan las soluciones respectivas, aún a pesar de las críticas y el malestar social. Así lo hace también el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien recorre el estado a diario, y así lo hace el alcalde Evodio Velázquez, y otros presidentes municipales, como por ejemplo, el de Chilpancingo.

EN OTRO ASUNTO, todo hace indicar que los hechos ocurridos sobre la autopista del Sol, en donde un autobús repleto de policías federales fueron asaltados por tres sujetos, no es más que un burdo autorrobo. Y es que solo así se explica que los federales, a quienes suponemos que están acostumbrados a enfrentarse con los delincuentes en diferentes condiciones, se hayan dejado robar, como si estuvieran lisiados. Es decir, sin poder moverse y defenderse.

En efecto, o es un autorrobo el de los policías federales, o simplemente estos policías no sirven para nada, y se les arruga el cuero cuando están frente a los malosos, pues no hay otra explicación creíble. Si en verdad fueron asaltados por tres empistolados, quienes supuestamente los despojaron de sus pertenencias y de todo lo que llevaban, entonces hasta es posible que los hayan violado. Pues según parece, no metieron ni las manos.

En consecuencia, ¿qué tipo de policías son los que integran la Policía Federal, si se dejan someter por tres asaltantes? ¿Esta es la policía que supuestamente está a cargo de la seguridad pública y del combate a los delincuentes? ¿Será que por eso, donde se encuentran, el número de delitos se incrementa? Jijos!

Y eso sin contar que algunos policías federales, como se ha documentado en Acapulco, con todo y uniforme, también se convierten en delincuentes. En secuestradores, por ejemplo.

Comentarios: julio651220@hotmail.com
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