Las autoridades de Cataluña instaron el domingo a más de 96.000 personas de tres municipios a quedarse en casa, mientras los casos de coronavirus seguían aumentando en una de las regiones más afectadas de España.
A esto hay que añadir los cuatro millones de personas de la región, incluida su capital, Barcelona, que el viernes fueron instadas a permanecer en sus hogares mientras las autoridades regionales endurecían su respuesta a la crisis.
En un comunicado publicado del domingo, el Govern de la Generalitat pidió a las personas que viven en los municipios de Figueres y Vilafant, en la provincia de Girona, y en Sant Feliu de Llobregat, cerca de Barcelona, a permanecer en sus casas, excepto para aquellos viajes imprescindibles.
Las últimas cifras del departamento de Salud de la Generalitat referentes al sábado mostraron un incremento diario de 1.226 casos.
El llamamiento a permanecer en casa no llega a obligar el confinamiento, pero es la medida más contundente tomada para devolver a la gente a sus hogares desde que España salió del confinamiento a nivel nacional el mes pasado.
Las nuevas medidas incluyen la prohibición de reuniones de más de 10 personas. Bares y restaurantes tendrán permitido abrir, pero con un aforo limitado al 50% en el interior y respetando una distancia de 2 metros entre las mesas en el exterior.
España, uno de los países más afectados de Europa con más de 28.000 muertes por COVID-19, salió de un estricto confinamiento el pasado 21 de junio. Desde entonces han surgido más de 170 focos de infección del nuevo coronavirus, lo que ha llevado a las autoridades regionales a imponer un mosaico de restricciones a nivel local.
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