Papalotla, Edomex.- Si no hay Santiagos, no hay fiesta…
El punto es que la danza tradicional de Santiagos es el ingrediente de tradición folclórica, de representación ancestral que, apuntan los expertos, se remite a la época virreinal.
O como advierte el investigador Bernardo Pastrana: ’Se trata de una tradición de honor y compromiso’. Es por eso que él mismo y el actual alcalde de Papalotla, Luis Enrique Islas Rincón, saben y asumen con orgullo el inminente reconocimiento o certificación de la danza de los Santiagos, en Papalotla, como evidencia de preservación de patrimonio intangible de la humanidad.
Es decir, el municipio de Papalotla, en el Estado de México, ha logrado la certificación ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) por la tradicional Danza de los Santiagos que tiene más de 400 años de representarse en esta localidad.
De tal manera, el 16 de abril se llevará a cabo una singular escenificación de dicha danza tradicional, a partir de las 14:00 horas, de modo que se verá el multicolor esplendor del arte de las capas y de las cuadrillas bailadoras.
Al respecto, el edil, Luis Enrique Islas Rincón, refirió que ’no sólo en su vestimenta, sino también en sus diálogos se aprecia la pureza de una danza que se escenifica en honor a nuestro patrono Santo Toribio Obispo de Astorga’.
Bernardo Pastrana Bautista, explicó que la danza tradicional de Santiagos fue herencia de la época virreinal. Su representación se muestra cómo la más pura en Papalotla. En un noventa por ciento.
Se dio a conocer que ante la UNESCO se han certificado 30 danzantes con años de experiencia en esa tradición. Debieron pagar 164 euros para obtener su registro. El recurso, obtenido de rifas y también con el apoyo del gobierno municipal no fue una limitante para conseguir dicho registro.
Así las cosas, para el 16 de abril será posible apreciar la citada danza folclórica donde destacan las vestimentas de charro, capas bordadas a mano, y esa perdurable lucha entre el bien y el mal.
Bailar esta danza es un asunto de orgullo y gusto que ’hasta se pone chinita la piel’, relató uno de los danzantes.