Opinión ciudadana
Jósé Gómez Llamas
A causa de la pandemia por el COVID-19 vivimos tiempos extraordinarios donde todos queremos hallar la brújula, buscamos la certeza en un futuro inmediato, queremos respuestas que nadie nos dará y, como no las obtenemos, nos convertimos en víctimas de la ansiedad.
Tenemos aproximadamente cuatro meses y medio con nuevos términos que llegaron a nuestra vida como ’sana distancia’, ’quédate en casa’, ’COVID-19’, ’coronavirus’, ’cuarentena’, ’aislamiento’, ’grupo de alto riesgo’, ’rastreo de contactos’ y otros más.
Las empresas que tienen a empleados ’vulnerables’ no saben si seguir con el mismo proceso, otras argumentaron reajustes, mientras autoridades de Salud dan pronósticos, sí, solo eso y mientras la infodemia (exceso de información, poca de esta verificable, abunda).
Desde el inicio de la cuarentena, la Secretaría de Educación no es ajena al problema y ahora con el regreso a clases las dudas en los padres de familia se acentúan considerablemente.
Clases presenciales, en línea o mixtas entraron en cada uno de los hogares para inquietar tanto a niños y a sus papás, pero es aquí donde se presenta una inmejorable oportunidad para educar, formar y motivar a los menores.
Pocas o muchas son las veces que vivimos situaciones adversas, en cada área de la vida tendremos dificultades y sufriremos cambios, unos nos gustarán y otros en absoluto, nada, es un hecho que los padres deben entender a la perfección.
Ahora bien, las clases en línea implican nuevas responsabilidades, cambios de los menores al socializar, más comunicación, nueva agenda u horario, reglas de convivencia, pero sobre todo más diálogo entre padres y maestros, hecho que ya deben de considerar ambas partes siempre en beneficio de los estudiantes, quienes son los principales actores.
La educación al final es tarea de todos, es un reto, pero también una motivación, hagamos pues de esta una tarea interesante, así, en medio de la pandemia, sea presencial, virtual o como sea, lo importante es educar carácter, emociones y formación en los niños: la pelota está en la cancha de los padres.