R A FA G A
Jorge Herrera Valenzuela
Ni duda cabe que en esta ocasión miles de hogares mexicanos libraron el embate de la naturaleza, la oportuna intervención del gobierno evitó desgracias personales y en lo particular los colimenses solamente se cimbraron por la anulación de la elección de gobernador, ordenándose que la Legislatura Local –mal llamada congreso—debe nombrar a un gobernador interino y el Instituto Nacional Electoral deberá de convocar a nuevas elecciones, organizarlas y supervisarlas.
Durante más de cuarenta y ocho horas, la radio y la televisión bombardearon a los habitantes de Colima, de Jalisco, de Guerrero y de Michoacán, pues el huracán “Patricia” amenazaba a todos los pobladores de la costa del Océano Pacífico. Fueron evacuadas todas las familias, algunas opusieron resistencia, los comercios y los operadores turísticos colaboraron con puntualidad. El resultado después de que el más rudo meteoro chocó en la Sierra Madre occidental, la mañana del sábado 24 de octubre, el día de San Rafael Arcángel, aunque esté descontinuado, fue de cero pérdidas de vidas humanas y, sí de considerables daños materiales.
Hay quienes siguen criticando al Presidente Enrique Peña Nieto porque, aseguran, exageró las medidas de precaución; no son pocos los que externaron opiniones en contra de que se haya actuado con medidas extremas. Lo que no saben es que los reportes dela NASA, los informes que tenían los controladores del servicio aéreo mexicano (SENEAM) y el servicio de los meteorólogos, indicaban que estábamos frente al huracán más poderoso de la historia, pues rebasó el grado siete o sea que de haber golpeado las costas, estaríamos lamentando una desgracia de gran magnitud en pérdidas de vidas humanas y de miles de millones de pesos en daños materiales.
Peña Nieto desde el primer momento actuó con diligencia. A media noche, cuando se conoció la dimensión del huracán, tenía citado a todos los miembros de su gabinete, dio instrucciones precisas y se procedió con la celeridad. La acción coordinada permitió que los gobernadores y los presidentes municipales, de las entidades mencionadas, alertaran a los pobladores, a los turistas, a los prestadores de servicios del grave peligro que se corría.
Horas después de que “Patricia” cedió en la Sierra Madre Occidental, que la desviación de su furia tomó otros cauces, las cámaras de televisión nos mostraron los estragos materiales que se derivaron del vendaval que azotó a toda la costa jalisciense, principalmente en Melaque, y a los comerciantes y restauranteros del puerto de Manzanillo y de los demás municipios colimenses.
Y mientras todo ese ocurrió por parte de la naturaleza, que en verdad fue bondadosa, los colimenses, bueno los políticos, también fueron afectados por otro huracán que se originó en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federal: la anulación de las elecciones de gobernador –las del domingo 7 de junio—por la intromisión del gobernador Mario Anguiano Moreno y de dos de los miembros de su gabinete, en favor del candidato del PRI.
Este domingo entrará en funciones un gobernador interino y en breve se convocará a elecciones extraodinarias, en las cuales nuevamente estarán peleando la sucesión estatal José Ignacio Peralta Sánchez, del PRI y del PAN Jorge Luis Preciado Rodríguez. El del tricolor ganó por 503 votos, pero los magistrados electorales consideraron que Mariano Anguiano y sus colaboradores violaron la legislación electoral y ello fundamentó la anulación de los anteriores comicios. Los presuntos responsables pueden ser motivo de una acusación formal, de carácter penal. Se repitió la historia de hace años, cuando el gobernador Fernando Moreno apoyó al candidato priista y se anuló la elección.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Entenderán los críticos permanentes del gobierno federal, que también deben reconocerse las realizaciones positivas, como la de evitar pérdidas humanas ante el embate de “Patricia”?
