De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Tlaxcala es uno de los estados con mayor competencia política, aunque por no ser una entidad sumamente poblada, deja de llamar la atención de los partidos y de los medios.
Es, al igual que Aguascalientes, el estado que menos habitantes tiene y por ende menor número de distritos electorales federales y escasa atención de los partidos.
Con todo y ello, Tlaxcala es una entidad sumamente singular, ya que es la única de las 32 que conforman la República Mexicana que ha operado la alternancia con los tres principales partidos y el regreso al punto de partida.
José Antonio Álvarez Lima había sido el último priista que con los colores del Revolucionario Institucional había ganado los comicios en Tlaxcala, hasta que 18 años después lo consiguió Mariano González Zarur, regresando al estado al inicio de su periplo.
En medio de ellos estuvieron dos expriistas que con las siglas del PRD y PAN, respectivamente lograron derrotar al antes invencible tricolor.
Alfonso Sánchez Anaya fue el primero, quien venció al priista Joaquín Cisneros y se convirtió en el primer gobernador no militante del PRI en gobernar.
Claro que Sánchez Anaya traía una camiseta tricolor bajo la camisa del sol azteca, ya que fueron muchos años de militancia antes de que el tricolor le negara la candidatura a gobernador.
Presidió el partido, fue diputado federal, secretario estatal de Finanzas en sus tiempos priistas antes de gobernar con otros colores.
El ejemplo cundió y Héctor Ortiz Ortiz decidió migrar del PRI al PAN, cuando no fue postulado candidato a gobernador y le ganó en las urnas al actual gobernador Mariano González Zarur, quien tuvo que aguardar seis años más, antes de conseguir el anhelo de gobernar.
Ortiz Ortiz también fue militante priista mucho tiempo y como tal dirigente del partido, fungió como rector de la Universidad del estado y presidente municipal de la capital, antes de que fuese vencido en la interna.
Tanto Ortiz Ortiz como Sánchez Anaya eran personajes cercanos al afecto de la exgobernadora Beatriz Paredes Rangel, situación que no guardaban ni Cisneros ni mucho menos González Zarur.
Pero finalmente el PRI pudo recuperar el gobierno estatal, cuando en una segunda oportunidad, Mariano logró derrotar a la panista Adriana Dávila Fernández, quien precisamente en una segunda oportunidad, pretende darle el triunfo al partido blanquiazul.
Fue Dávila Fernández la que le abrió una oportunidad al PRI de mantener el poder, ya que en las encuestas la alianza PAN-PRD salí muy por encima del partido tricolor, pero la tozudez de la senadora panista con licencia echó abajo la alianza.
Adriana fue candidata al gobierno estatal y fue derrotada por el priista González Zarur, después candidata al Senado de la República y abatida por la perredista Lorena Cuéllar.
Pero ella anunció que aparecería en las boletas como candidata a gobernadora por la vía que fuese y de esa manera dobló las manos a su partido y evitó las alianzas del PAN-PRD en Puebla y Tlaxcala.
Ahora, Adriana aparece en empate técnico con su excompañera de escaño, Lorena Cuéllar Cisneros, candidata del PRD y muy cercanos a ellos el priista Marco Antonio Mena, la Morena Martha Palafox y el ciudadano (partido local) Serafín Ortiz Ortiz.
De acuerdo con cifras de los comicios recientes en esa entidad, se requiere de 160 mil sufragios para poder ganar, ya que los procesos electorales para gobernador en Tlaxcala arrojan un promedio de más de 60 por ciento de participación.
José Antonio Álvarez Lima ganó con 120 mil votos, mientras que Sánchez Anaya lo hizo con 140 mil y Héctor Ortiz con 142 mil y Mariano rebasó los 200 mil.
Siendo tan competido como se espera el proceso electoral del cinco de junio, bastarán esos 160 mil votos para ganar, aunque la cifra podría descender y que el candidato obtenga la victoria con un 25 por ciento de los sufragios.
Cada uno de los abanderados de los partidos tiene atractivo especial para los ciudadanos, ya que concentra respaldo por motivos diferentes.
La panista ha participado en dos elecciones estatales, perdiendo en ambas, pero cuenta con seguidores desde entonces. La perredista es nieta de un exgobernador y sobrina de un candidato derrotado y ganó dos elecciones, en la capital del estado (fue alcaldesa) y es senador (con licencia) de mayoría. El priista es el ’delfín’ del gobernador en turno, la candidata de MORENA representa al lópezobradorismo y es considerada como adversaria directa de Beatriz Paredes Rangel, mientras que el candidato del partido Ciudadano s hermano del exgobernador Héctor Ortiz Ortiz.
Con todo y su padrón de menos de un millón de votantes, el proceso electoral de Tlaxcala será uno de los más interesantes, ya que sobresalen muchos cambios de camiseta y reacomodos.
La exsenadora perredista María del Carmen Ramírez (esposa del exgobernador Alfonso Sánchez Anaya) busca un espacio en Movimiento Ciudadano, la exaspirante a la candidatura a gobernadora del PRI, Guadalupe Sánchez Santiago (ex cuñada del gobernador González Zarur) renunció al PRI y respalda a la candidata del PAN, el ex gobernador panista Héctor Ortiz Ortiz, apoya al candidato del Partido Ciudadano (su hermano), el ex candidato del PRI Joaquín Cisneros apoya a cualquiera, menos a su sobrina Lorena, mientras que Mariano González Aguirre, hijo del gobernador, es candidato a diputado de la alianza PRI-Verde por el cuarto distrito local
CAMPAÑAS
Entre el tres y cuatro de abril dan inicio las campañas formales a gobernadores en 12 estados del país, donde habrá muchas sorpresas y, principalmente, una extensa guerra sucia que contaminará los procesos electorales y podría desalentar la participación ciudadana.
Por lo pronto, en ocasión de la Semana Santa, nos ausentaremos unos días de este espacio y regresaremos el lunes 28, felices vacaciones.
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