Juchitán le abre las puertas a los migrantes y les ofrece refugio, agua, alimentos y medicamentos, en su tránsito por tierra oaxaqueña.
Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, arropa a los migrantes indocumentados que dejaron Centroamérica y se dirigen hacia Estados Unidos.
El lunes pasado arribó un pequeño grupo de personas y así, uno a uno, iban llegando; sin embargo, este martes toda la caravan dejó a la cabecera municipal de Niltepec, donde pasaron la noche, y emprendieron camino hacia Juchitán.
A algunos les toma horas llegar, porque decidieron hacerlo caminando, mientras que otros ya arribaron porque se trasladaron en autobuses, se colgaron a un trasporte de carga o alguno de los oriundos les dio un ’aventón’.
En la entrada de este municipio zapoteco, los migrantes se han colocado en la carretera para pedir dinero a los automovilistas, pues algunos salieron de su lugar de origen sin dinero o lo poco que tenían ya se lo gastaron.
El hambre y la sed es mucha entre todos aquellos que dejaron, desde el pasado 12 de octubre, Honduras, El Salvador y Guatemala, para caminar kilómetros de sur a norte de México, debido a las condiciones sociales que atraviesan sus naciones.
La tierra zapoteca que en septiembre de 2017 quedó severamente afectada por el sismo, le abre las puertas a los migrantes y les ofrece refugio, agua, alimentos y medicamentos, en su tránsito por tierra oaxaqueña.
Los centroamericanos fueron instalados en un terreno donde se construye la terminal de autobuses, ubicado en la Segunda Sección, donde permanecerán al menos este martes en lo que deciden si llegan a la Ciudad de México por Veracruz o la capital de este estado.
La caravana ya atravesó algunos municipios de Chiapas y ahora buscan llegar a la Ciudad de México, donde planean dialogar con las autoridades mexicanas.
