Un Rapidín
Con Ángel Irra Carceda
*Con mis respetos, a todos.
- Para Evodio y contrincantes.
Tan tan, a favor estoy de mis compañeros de gremio y de las autoridades.
Siempre, siempre, tanto el que acusa como el que refuta, está obligado a probar sus dichos.
Y para eso es obligado tener los pelos de la burra en la mano. No hay más.
Ah, pero cuidado si el que acusa con todo a uno, resulta igual o peor que el otro.
Bien está dicho que para tener la lengua larga, necesario es contar con una cola corta.
Si la cola es corta, o bastante corta, bueno, entonces podrá abrir la boca para que salga su lengua en todo su esplendor.
Y en uno y otro ámbito –autoridades y cuestionadores de las mismas- se cuecen las habas.
Y si hablamos de corrupción e impunidad al seno las autoridades, ¿qué me dicen del cobijo al otro lado?
Pero siempre hay que tener presentes que: en ambos ámbitos, aún los peces que se sienten muy gordos mueren -literalmente- por la boca.
Al menos que resulten bien arponeados -también literalmente-.
¡Y ya dije!
Saludos a todos. Un abrazo.
Por el amor de Dios, en el último de los casos, ¿quién cierra la puerta? (angelirracar@hotmail.com)