En las Nubes

Con los pelos en la mano

Con los pelos en la mano
Política
Octubre 23, 2015 16:28 hrs.
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Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Totalmente de acuerdo con el arquitecto y urbanista mexicano don Enrique Alanís Camino: “La confianza y respeto al gobierno se gana, no se exige ni se pide”
Lo afirma en una carta, copia de la cual obra en nuestro poder, entregada al licenciado César Gómez Monje, secretario de salud del Estado de México y presidente de su gabinete regional.
Agradece la invitación a expresar anomalías e irregularidades, bajo plena libertad y como ciudadano mexiquense, avecindado en Naucalpan.
Señala con valentía inusitada las que existen y crecen, desde hace quince años en la que fue joya de la corona del estado de México, Naucalpan.
En primer lugar recalca:
“Es palpable que la deshonestidad entre los funcionarios públicos y la falta de auténticos servidores que tengan como vocación tratar de entender y dar solución a las peticiones ciudadanas, son uno de los principales problemas; Naucalpan es visto, como un premio para resarcirse económicamente”.
Cierto, subrayamos nosotros. Su falta de honestidad provoca asaltos, asesinatos, violaciones. Falta de policía y de vigilancia. Calles en el abandono. Parques y jardines en el deterioro. Por corrupción cuántos ex alcaldes huyen. Otros están en prisión y más funcionarios menores, pagan las consecuencias de sus mayores. Cuánto es el despilfarro. Lo sabe el mismo gobernador, que nada hace. Y dice menos. Agregaríamos.
Don Enrique, que bien conoce la problemática en el municipio, aborda un segundo punto: la carencia de un Plan Municipal de Desarrollo. Que plasme la problemática de Naucalpan. Sea recopilada y analizada por expertos que planteen soluciones lógicas para aterrizarlo. No existe.
Considera que la planeación del ámbito urbano es una de las acciones más importantes a seguir. Para la adecuada aplicación de los recursos, con la programación de los mismos. Obtención de fuentes de trabajo. Que prevenga crecimientos urbanos, vigile su control, así como propuestas de vialidades y genere otras actividades encaminadas al bienestar de la población.
Pero advierte: “Toda esta gama de acciones deben ser promovidas dentro del mismo órgano de gobierno, con el total respaldo y consenso de la ciudadanía y nunca con el fin de favorecer intereses particulares como son fraccionadores y promotores de vivienda”, como ocurre en todo el ámbito municipal.
“Para ello se requiere de un gobierno sin compromisos y con el deseo de servir realmente a sus votantes” agrega el urbanista.
Coincidimos con el arquitecto Alanís Camino cuando sostiene que “La total falta de gobierno se debe a que este, ya forma parte de la iniciativa privada: Apoya a empresas transnacionales. Busca intereses particulares. Y la ciudadanía es vista no como una agrupación a servir. Sólo como causante de impuestos y oidor de sus mentiras”.
“En Naucalpan llevamos más de 15 años sin un reordenamiento urbano. El municipio, considerado como célula básica de la organización política y administrativa, debe elaborar su diagnóstico, su pronóstico y sus objetivos. Considerar que los autores, ejecutores y beneficiarios deban ser los ciudadanos, en este caso naucalpenses.
Debe ser un municipio de control y no de crecimiento. Establecer programas de “REORDENAMIENTO Y RECICLAJE URBANO” aplicados a usos del suelo, vialidades, desechos sólidos, ecología y aspectos de salud.
No como sucedió con el desarrollo inmobiliario en los terrenos que ocupaba el Toreo, de Cuatro Caminos, con permisos fuera de lugar. Y que desplazó primero a la terminal del tren rápido Naucalpan-Cuautitlán. Y Distrito federal- Toluca.
Y posteriormente, con el rescate de la zona industrial prevista, promover un gran complejo hospitalario y de atención a las clases más necesitadas.
Construir con capital del gobierno federal y estatal, dinero del pueblo, un hospital de cardiología, otro de la nutrición. Uno más infantil. Clínicas con hospedaje a parientes de enfermos o víctimas.
En lugar de esto en beneficio del pueblo, se creó un monstruo de concreto y vidrio, entre periférico, Rio de San Joaquín. Inaccesible, pero de gran valor y enorme tamaño, que sobresale todo reglamento.
¿Quién dio los permisos? ¿Cuánto costaron? Y ¿Quién los promovió y recibió los beneficios extras?, preguntaríamos.
“La solidez del gobierno debe basarse en la participación ciudadana y en su adecuada aplicación de recursos, los cuales están concebidos para gastarse, pero nunca para resarcir compromisos políticos, ejecutar obras innecesarias o fuera de un programa.
“El municipio debe tener imaginación y conocimiento para la solución de los problemas. Por supuesto que la tarea no es sencilla ni depende de acciones al desgaire. Menos con autoridades improvisadas.
“Requiere de gobiernos diestros, capaces e inteligentes, comprometidos con la sociedad que les paga, que conduzcan al bienestar social de Naucalpan, en particular .Y del país, en lo general. Honestos, autónomo y libre de compromisos cuyo único objetivo sea establecer un plan que beneficie a la ciudadanía, siempre con su participación.
La confianza y respeto al gobierno se gana, no se exige ni se pide, ¿Cree usted que esto se puede lograr con el ejemplo que nos dan? “, con Muchas Gracias, concluye su original carta al funcionario mexiquense, don Enrique Alanís Camino, que fechó en Naucalpan de Juárez, el 24 de septiembre del 2015.
Ya solo llorar nos queda. Pero se nos agotaron las lágrimas, querido arquitecto.
craveloygalindo@gmail.com

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