En mi carácter de representante popular pero sobretodo indígena, expreso de manera enérgica mi condena por los lamentables hechos acontecidos en el municipio de Cochoapa el Grande, donde fueron violentadas tres menores de edad y una mujer, quien debido a esas vergonzosas agresiones, le ocasionaron el aborto de sus trillizos.
En la sociedad actual ya no se deben tolerar hechos vergonzosos como este escudándose en que se trata de un asunto de usos y costumbres, pero que en el fondo son una vulneración total a los derechos humanos.
En ese sentido, por estos acontecimientos que nos llenan de coraje e indignación, hago un llamado a las autoridades competentes para que deslinden responsabilidades, respetando la libre determinación de los pueblos originarios y los derechos humanos.
Quiero destacar que desde los primeros indicios del hecho, tuve comunicación con el presidente municipal de Cochoapa El Grande, Bernardo Ponce García. También con Ángel Miguel Cruz Cervantes y Mauricio Camacho, representantes de la Comisión Nacional de Derechos humanos.
También me reuní con la presidenta de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos, Cecilia Narciso Gaytán, desde el Poder Legislativo reiteré mi disposición de coadyuvar para clarificar el hecho y que nunca se vuelva a presentar un caso de este tipo.
Como representante popular de la Montaña, siempre defenderé los principios establecidos en nuestra carta magna, como es el de reconocer y garantizar el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y en consecuencia a la autonomía; pero respetando siempre los derechos humanos, la dignidad e integridad de las mujeres.
Con relación a las niñas, velaremos por que se respeten sus derechos contenidos en la ley número 812, relativa a la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes del Estado.
