Concatenaciones

Contaminación: peleas y responsabilidades

Contaminación: peleas y responsabilidades
Periodismo
Marzo 21, 2016 01:40 hrs.
Periodismo ›
Fernando Irala Burgos › diarioalmomento.com

Una larga contingencia ambiental en las vísperas de la primavera trastornó la vida de la metrópoli y puso a pelear a los políticos de la capital, los estados vecinos y la Federación.
Ahora se buscan medidas emergentes para un problema que se ha vuelto crónico a lo largo de medio siglo, pero para el que durante veinticinco años se han seguido tratamientos equívocos.
Las principales restricciones al tránsito de vehículos sólo han generado el efecto opuesto, al jugar como incentivo para que familias incluso de bajos recursos busquen hacerse de dos o más carros, porque el principal antídoto, el desarrollo de un sistema de transporte público eficiente y suficiente, se detuvo hace mucho en los planes gubernamentales.
En la ciudad de México en las últimas dos décadas sólo se ha construido, y con pésimos resultados, una línea de Metro, y los actuales ajustes al gasto público han cancelado ya ampliaciones proyectadas que ni siquiera llegaron a iniciarse.
El sexenio que gobernó López Obrador fue el más terrible, pues ni siquiera se le dio mantenimiento a las líneas existentes, y en cambio se prefirió iniciar el segundo piso del Periférico, cuyo gasto por cierto aún se mantiene como secreto de Estado.
También entonces empezaron a circular los metrobuses, camioncitos que pueden ser útiles, pero que resultan un placebo frente a la ingente demanda de transporte citadino insatisfecha.
Recientemente vino la resolución de la Suprema Corte para no discriminar en la verificación vehicular a los propietarios de unidades viejas, lo que se aunó a la evidente corrupción en muchos verificentros para incrementar de un día para otro el caos vial.
Para acabarla, estrenamos reglamento de tránsito, en cuyo pecado el gobierno de la ciudad llevó la penitencia, pues al limitar la velocidad, prohibir las vueltas continuas y además realizar obras de estrechamiento de cruceros, agudizó el problema.
Ahora, medio ahogada la población metropolitana en miasmas irrespirables, las autoridades bordan sobre las mismas medidas tramposas y contraproducentes: endurecer normas de verificaciones, suspender la circulación de coches y cerrar industrias.
¿Y el transporte público para cuándo? ¿De qué sirve hacerlo gratuito por momentos, si permanentemente está saturado y falla? Como la responsabilidad de nuestros gobernantes.

Ver nota completa...

Suscríbete

Recibe en tu correo la información más relevante una vez al mes y las noticias más impactantes al momento.

Recibe solo las noticias más impactantes en el momento preciso.

Contaminación: peleas y responsabilidades

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.