Mirador
Armando Fuentes Aguirre
Según es bien sabido, de noche todos los gatos son pardos.
Sin embargo yo conocí a uno que de noche no era pardo: era amarillo.
Los otros gatos, claro, lo veían mal, y eso que los gatos ven muy bien.Les molestaba el hecho de que aquel gato fuera diferente a ellos.
Nombraron una comisión. Los comisionados fueron con el gato y le exigieron que de noche fuera pardo como ellos.
—¿Cómo puedo ser pardo –se angustió el minino– si no soy gato pardo? Soy gato amarillo.
Los otros no quisieron oír razones. Le dijeron:
—Tendrás que ser pardo, al menos en la noche, porque de noche todos los gatos son pardos.
El gato amarillo se resignó a ser pardo. La presión social sobre él fue demasiada y no pudo resistirla.
Anoche lo busqué para decirle que no debió cambiar su identidad.
No lo pude hallar.
De noche todos los gatos son pardos.
¡Hasta mañana!...