Texcoco, Edoméx.- Delfina Gómez despertó el domingo 10 de julio antes de lo acostumbrado. Puso el despertador minutos después de las cinco de la mañana.
Aún oscuro, abrió los ojos, estiró un poco el cuerpo.
La certidumbre de que sería ese un domingo especial le hizo levantarse de la cama y antes de hacerlo agradeció, íntimamente, al todopoderoso la gracia de despertar un día más, saludable y con la fortuna de que a partir de ese día emprendería una novedosa etapa en su vida: se convertiría, oficialmente, en el transcurso del día en Promotora de la Soberanía Nacional.
Desde ese día su dinámica de trabajo sería otra. Más intensa.
Se volvería en referente de la política nacional por las nuevas obligaciones adquiridas: recorrer todos los municipios del estado de México, fortalecer la organización de MORENA a partir de la consolidación de los Comités de Base.
Es decir, la maestra Delfina Gómez va a coordinar la creación de comités en las secciones electorales de la entidad; cuando menos un comité por cada sección electoral que son 6 mil 500 secciones en la entidad, y el 20 de noviembre de este año es la fecha límite para lograrlo.
Se tomó el primer café de la madrugada mientras repasaba el texto que habría de leer en la Plaza de los Mártires, en Toluca.
Y recordó parte de sus encomiendas por desarrollar al leer en su propio texto: ’Asumo esta responsabilidad, porque estoy convencida de que otro destino es posible para los hombres y mujeres de nuestro estado. Porque estoy segura de que juntos podemos llevar a cabo la transformación de nuestra entidad, mediante la organización y la lucha pacífica. Mediante el ejercicio de las libertades democráticas y la utilización de nuestras garantías políticas’.
Leía detenidamente el texto: ’Vamos a promover la más amplia alianza ciudadana que conduzca, en el futuro cercano, los destinos del Estado de México. La única alianza triunfadora es la alianza con la gente’.
En ese momento dejó la lectura, hizo a un lado la taza de café.
Debía apurarse porque, precisamente, su gente cercana no tardaría en pasar por ella para emprender la travesía hacía Toluca, al punto de encuentro con la gente: La Plaza de los Mártires, en el corazón de la capital mexiquense.
Y desde Texcoco había que cruzar la ciudad de México.
Le aguardaban dos horas y media de viaje, en un pronóstico de tráfico vehicular tranquilo.
Sabía que hallarse con Andrés López Obrador y los principales cuadros dirigentes de MORENA en el estado de México tendría otra perspectiva, y en especial, dirigir su mensaje a los militantes y simpatizantes en el punto de encuentro le hizo soltar un leve suspiro de satisfacción.
Estrecharía cientos de manos, se tomaría decenas de fotografías.
Y así fue: al final de su mensaje ese 10 de julio, en el templete instalado en La Plaza de los Mártires, Andrés Manuel López Obrador se acercó a ella, tomó su mano izquierda y la alzó en señal de triunfo.
La Plaza llena de gente celebraba ese acontecimiento.
