Despidos en Pemex

Cuando Emilio Lozoya Austin todavía era director de Pemex anunció un recorte de más de 13 mil empleados. Nunca precisó si serían sindicalizados o de confianza. O en qué proporción se clasificarían los sacrificados.
El relevo en la dirección general de Pemex, que prometía mucho y ha sido rebasado por las expectativas, sigue con la idea de despedir a esa cantidad de empleados, sin precisar los porcentajes que correspondan a los sindicalizados y a los de confianza.
Si la incertidumbre laboral en México muchos empresarios y encargados de dependencias de gobierno estarían en la cárcel, pero no es así para fortuna de los poderosos, porque la angustia de la gran mayoría de los empleados de lo que fuera una empresa paraestatal crece y el nuevo director general simplemente sigue haciendo cuentas.
Despedir a más de 13 mil empleados, de 153 mil que son en total, de los cuales 120 mil son sindicalizados. En el gobierno de Carlos Salinas se pudo reducir la nómina de Pemex de 180 mil a 106 mil trabajadores, es decir, en 74 mil. El sindicato no debería oponerse, sino reconocer la urgencia de redimensionar a Pemex en aras de su supervivencia.
En México no puede realizarse un análisis sobre su situación financiera sin tomar en cuenta la influencia del sindicato en muchos de los engranes de la industria petrolera. De nada sirve calcular y profundizar sobre el futuro del crudo o acerca de las diferentes formas de extraer energéticos o reflexionar sobre cada uno de los nombres de sus diferentes modalidades y fortalezas químicas.
Lo poco que puede hacer en materia de cálculos financiero en nuevo director general de Pemex, es especular sobre un posible futuro de la empresa. Sin embargo, si quiere en realidad darle solidez a la producción de la empresa lo primero que debe hacer es despedir a más de 13 mil empleados sindicalizados, que es aproximadamente, la cantidad de los incondicionales de Carlos Romero Deschamps quien debe ser el primero en ser despedido y sin indemnización alguna, ya bastante medró al estar al frente de un sindicato que sólo se dedicó a explotar más aún a los verdaderos trabajadores.
Paulina y José Carlos, hijos de Romero Deschamps pueden dar cuenta de la manera en que viven y demostrar con una narración gráfica de un solo día de sus vidas, que el líder de lo que queda del Sindicato petrolero ha desviado fondos de los trabajadores y de la empresa a su favor.
La impunidad tiene una solidez impulsada desdele centro del poder que derrota a la legalidad. Así como se preguntan muchos dentro y fuera del país qué hace falta para que se le exija la renuncia a gobernadores como Javier y César Duarte, así también hay muchos hombres y mujeres que se preguntan por las razones de la fuerza de un verdadero delincuente como Carlos Romero Deschamps, quien pareciera ser más importante que cualquier director general del Pemex, porque ha sobrevivido a varios de ellos desde 1993, cuando llega por influencia de Carlos Salinas a la posición que hoy usurpa.
Carlos Romero Deschamps ha sido cinco veces legislador de representación proporcional, 3 veces Diputado (1979-1982, 1991-1994 y 2000-2003) y 2 veces Senador (1994-2000 y 2012-2018), nunca ha presentado una sola iniciativa de ley.
Los trece mil empleados que pueden o deben despedir son más o menos, los beneficiarios de una forma de mafia que se enquista en el poder de la que fuera la empresa más importante del país y pudo ser más, si personajes como Deschamps no hubieran robado tanto.
© 2016 Microsoft Términos Privacidad y cookies Desarrolladores Español