Dios, silencio y palabra


Solemnidad de la Epifanía del Señor

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Dios, silencio y palabra
Religión
Enero 02, 2021 22:30 hrs.
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Son las voces que quieren ahogar la voz de Dios

La Palabra de Dios

Is 60, 1-6
Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti.
Mira: las tinieblas cubren la tierra
y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor
y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz
y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría;
tu corazón se alegrará, y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar
y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13
R. (cf. 11) Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, ere tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Los reyes de occidente y de las islas
le ofrecerán sus dones.
Ante el se postrarán todos los reyes
y todas las naciones. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Al débil librará del poderoso
y ayudara al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Segunda Lectura
Ef 3, 2-3a. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Aclamación antes del Evangelio
Mt 2,2
R. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el oriente
y hemos venido a adorar al Señor.
R. Aleluya.

Evangelio
Mt 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: ’¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo’.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: ’En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel’.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: ’Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo’.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor, Jesús

’ Para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama ’
Introducción
’Dios… es un Dios de la historia…: no simplemente porque, permaneciendo en la lejanía, la haya puesto en marcha. Sino porque Dios mismo, con toda verdad, se manifiesta en ella, y porque la historia ¾en el Hijo de Dios¾ se convierte en el propio designio de Dios inmutable… En semejante concepción [se revela] la verdad de que el «espíritu» del cristianismo se instituido permanentemente en la «carne» de la historia del mundo.’ J.B. Metz, Teología del Mundo, Sígueme, 1971

Fr. Ángel Romo Fraile
Convento de Santo Tomás de Aquino (Sevilla)
Comentario al Evangelio de hoy domingo, 3 de enero de 2021
Enviar por email En PDF ImprimirEnrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
DIOS, SILENCIO Y PALABRA


Al escuchar el Evangelio de hoy, puede presentarse un extraño sentimiento: no coincide demasiado nuestra experiencia con lo que allí leemos. Parece más frecuente entre nosotros la experiencia de que Dios es sobre todo SILENCIO. ¡Y cómo duele ese silencio! ¿Por qué calla Dios? ¿Por qué en medio de estos momentos oscuros no sentimos su presencia? Le dirigimos nuestras plegarias, muy justas, muy meditadas, desde nuestra necesidad más profunda y dolida... y no parece haber respuesta. Llegamos a sospechar si la oración no será «estar hablando con nosotros mismos».

Hay tantos gritos humanos que se lanzan al cielo, que no parecen capaces de atravesar las nubes. ¿Por qué aparentemente no llegan a su destino? ¿Qué dice Dios cuando el ejército de un país, un gobierno, organiza una matanza de persones inocentes, a veces muchísimas? ¿Qué dice Dios cuando hay unos pocos hombres que viven muy bien, y que controlan la mayoría de las riquezas de la tierra, mientras una inmensa mayoría se muere de hambre o de enfermedades controlables por la Medicina desde hace ya mucho tiempo? ¿Qué dice, y qué hace Dios cuando una riada o un mar enfurecido se lleva tantas vidas por delante? ¿Qué dice Dios cuando algunos hombres se toman la libertad de pegar un tiro en la nuca, o poner explosivos a otros hombres para defender supuestos derechos y reivindicaciones? Hay muchos gritos que piden justicia, clemencia o libertad, o simplemente el derecho a vivir. ¿No podría decir algo?

No sé: Podría mandar un portavoz, un ángel, un profeta, un santo... como parece que hacía en otros tiempos. O podría dar un aviso, incluso un susto, a los tiranos, criminales y explotadores, que salvara a los inocentes... Algo que todos entendieran. Que se dejara de supuestos «mensajes marianos» a personas devotas, incultas e irrelevantes, y se hiciera presente en los Centros de Poder, en los Medios de Comunicación...

ESTO ES LO QUE PARECEN SENTIR EN EL CORAZÓN MUCHOS HOMBRES DE HOY, CREYENTES Y MÁS AÚN NO CREYENTES, que quizá perdieron su fe ante el terrible silencio de Dios. No nos llega la Palabra de Dios. Las cosas siguen como siempre, sobre todo para los más débiles. ¡Qué mudo permanece Dios, si es que existe!

LA PALABRA SE HIZO CARNE

Y la Biblia, en cambio, no se cansa de proclamar que Dios es PALABRA. Claro, que su Palabra no es apabullante, terrible, estruendosa, como a veces nos imaginamos o nos gustaría. Pero es viva y eficaz. Así comienza el libro del Génesis: «Y dijo Dios». Un Dios que crea «hablando». Y fue la naturaleza, fue la vida, fue la luz... Cada criatura lleva su huella: si escucháramos a la luz, a la evolución, a los planetas, a las plantas y animales, podríamos descubrir al hermano sol, la hermana agua, el hermano fuego, la hermane noche, y hasta la muerte sería «hermana muerte»...

Y al mismo tiempo, cada vez que los hombres extinguimos la vida, destruimos o no respetamos la naturaleza, y ésta se revuelve, se agita... ¡Dios nos está hablando! La tierra nos la dio para cuidarla, para mejorarla, protegerla. Y la propia Naturaleza y muchos hombres, en su nombre, la cuidan.... o también protestan y denuncian y se quejan: ÉSTA ES LA VOZ DE DIOS.

¡Pero nos es difícil escucharla! Porque la palabra y la Palabra sólo se perciben bien en la escucha silenciosa y atenta. Y resulta que se nos ha olvidado el silencio y la contemplación. Tenemos demasiados ruidos en el corazón y en la cabeza, y alrededor. ¿Por qué prestamos atención a tantos charlatanes (periodistas, actores, políticos, presentadores, famosillos, y cantantes... cuando opinan sobre lo que desconocen absolutamente, la pandemia, por ejemplo....?). ¿Quién tiene interés en ponerles delante un micrófono o una cámara para multiplicar y difundir sua ruido?... ¿Como podremos distinguir entonces las Palabras de Vida que necesitamos?

Leyendo el Evangelio de hoy, nos enteramos que desde que la Palabra se hizo carne, hombre... el HOMBRE ES LA VOZ DE DIOS. Que podemos y debemos buscar a Dios en la carne, en la fragilidad, en el ser humano.

- Cuando algo se nos revuelve dentro al tener noticia de que un recién nacido o un niño, o un mujer han sido maltratados o abandonados: ÉSA ES LA VOZ DE DIOS.

- Cuando nos aterrorizamos ante las matanzas de campesinos, de indígenas, de periodistas, de científicos, o los cientos de asesinatos en Argelia, Palestina o Bagdad, o Egipto, o Siria: ÉSA ES LA VOZ DE DIOS, QUE PROTESTA en nosotros.

- Cuando nos enteramos de la violencia que ocurre dentro de algunas familias, las mujeres maltratadas, los abuelos no atendidos o descartados por los triajes de los políticos, los niños que son manipulados, explotados, prostituidos, ignorados... y algo se nos rebela por dentro... ESTAMOS OYENDO LA VOZ DE DIOS

- Cuando vemos los carteles de Manos Unidas, cuando la prensa nos trae noticies de lo que están haciendo muchos voluntarios de ONGs en tantos rincones del mundo... ÉSTA ES LA VOZ DE DIOS que nos llama a la acción y al compromiso

- Cuando notamos dentro un impulso fuerte para que prestemos atención a los pobres, a los oprimidos, a los que no tienen ciertos derechos, pedimos justicia e igualdad en la distribución de vacunas, de recursos... TODOS ELLOS SON LA VOZ DE DIOS esperando de nosotros una respuesta.

¡Pero tal vez no las oigamos, o no queramos oírlas, o pensamos que no va con nosotros, que no podemos hacer nada...!

+ Si el hombre siente dentro que su vida es muy superficial, que necesita otras cosas, que hay un vacío dentro, que a base de tener, poder, ser admirado y reconocido... no se siente feliz... Es Dios que le advierte.

+ Si tú mismo escuchas dentro una voz que te dice que tienes que crecer, que tienes que perdonar, compartir, servir, ser generoso, ayudar a alguien... TU CONCIENCIA QUE TE INVITA A SER MEJOR, A CRECER, A MADURAR... ES LA VOZ DE DIOS, que quiere la felicidad del hombre, de todo hombre, de cada hombre. Ya lo han dicho muchos santos y teólogos: Dios habla desde lo más profundo de mi ser (conciencia).

PARA QUE QUEDE MÁS CLARO: Si la Palabra de Dios se hizo hombre en un establo,... Cada pobre que nace en las afueras de la sociedad, en la marginación: ahí está Dios reclamando nuestra atención. Si Jesús de Nazareth tuvo que huir de su tierra e Egipto para salvar su vida.. LA VOZ DE CADA EMIGRANTE necesitado es la voz de Dios. Si al poco de nacer Jesús, un Herodes organiza una matanza de niños inocentes: SON LAS VOCES QUE QUIEREN AHOGAR LA VOZ DE DIOS, y consecuencia de las cuales el propio HIJO DE DIOS caerá víctima en una cruz.

• Dios habla desde la profundidad del alma: Él es la Vida que quiere que crezca

• Habla desde el hambre de justicia: quiere que todos sus hijos sean tratados con equidad

• Habla desde la Libertad: nos quiere libres de toda cadena

• Habla en los momentos duros y difíciles, sosteniendo: es el Dios de la Esperanza y la fortaleza

• Habla desde el mal superado: es santidad

• Habla desde la belleza que estremece y enamora: es Creador

• Habla desde el equilibrio y la serenidad: es Paz y busca nuestra paz.

• Habla desde el corazón que se entrega porque Dios es Amor.

No, no es que Dios no responda a nuestras oraciones, no es que sea un Dios mudo: es que Dios mismo clama (¡a veces a gritos!) con nosotros y dentro de nosotros. Dios suplicante en nuestra carne herida. Y Él mismo espera y necesita que le escuchemos. Desde aquella noche de Navidad, somos hermanos del Dios Palabra que se encarnó entre nosotros. Aprendamos a escucharle y seamos su Voz y la de los que no tienen voz HOY.

Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

Imagen de José María Morillo

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