El buzón

El candidato del PRI a la presidencia municipal de Huixquilucan, Fernando Maldonado realiza intensa gira proselitista todos los días. Los pueblos y las zonas tradicionales de la localidad hasta ahora han sido su objetivo principal, ojala y en caso de ganar los comicios les dé el trato que se merecen pues las atenciones y beneficios se centran en la zona residencial.
Con gran experiencia en el tema de transporte público, el candidato del PRI tiene como eje de sus acciones de gobierno, en caso de ganar la alcaldía, mejorar la movilidad en la zona residencial de ese municipio.
No está por demás recordarle que en los pueblos, colonias y barrios de la localidad también hay desorden y ameritan urgente atención.
Bien hará Fernando Maldonado en echar mano de su experiencia porque actualmente impera la anarquía lo mismo por parte de camioneros de carga, particulares, que de quienes prestan sus servicios en el transporte público de pasajeros.
Las vialidades primarias y el resto, todos los días son tomadas como estacionamiento por parte de los automovilistas lo que se traduce en caos vehicular. No hay autoridad que los meta al orden. El ascenso y descenso de pasaje lo hacen los choferes donde se les antoja.
En el caso de los camiones de carga, el problema es peor, vialidades como Jesús del Monte y Camino Nuevo a Huixquilucan, que conducen a la zona residencial y popular, literalmente están tomadas por ese tipo de unidades. No hay horario de circulación, contaminan con los desperdicios y el material que transportan, y hasta ahora el alcalde José Reynol mantiene silencio cómplice.
El candidato a alcalde de Huixquilucan por el PRI, dio a conocer que en Huixquilucan está buscando transformar la realidad y, una de las acciones a emprender será mejorar la movilidad en la zona residencial, ordenar el transporte público, las bahías de ascenso y descenso, además de trabajar fuerte en materia de seguridad pública y servicios públicos.
Fernando Maldonado tiene la intención de poner orden en ese municipio. Experiencia no le falta, voluntad hasta ahora no ha demostrado mucha, porque como diputado federal pudo haber contribuido a mejorar los niveles de inseguridad y caos vial que prevalece en el municipio, pero prefirió concentrarse en San Lázaro a la espera de lo que ordenara el grupo político al que pertenece, es decir el Atlacomulco.
Sin embargo, está visto es el mejor candidato o el menos peor. De ganar la alcaldía no debe olvidar a la población de las colonias pobres y de los pueblos, ya que hasta ahora los diversos presidentes municipales privilegian la zona residencial y de ello toma nota el resto de los pobladores, que por cierto representan importante número de votos, que en determinado momento pueden inclinar la balanza a favor o en contra en los comicios de junio próximo.
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Por cierto en ese municipio el aspirante a alcalde por el PAN, Enrique Vargas, nada más no levanta simpatías. El mismo día de su arranque de campaña se hizo acompañar de panistas perdedores como Santiago Creel, así como de chapulines oportunistas. A los militantes de ese partido los excluyó. Con esa actitud, hasta los de su casa lo rechazan.
Como parte de su equipo de trabajo tiene políticos trapecistas que lo mismo han estado en Convergencia, el PRD, han cobrado en el PRI e incluso desertado del PAN y ahora nuevamente se incorporan a su campaña.
Pésimo mensaje. La pregunta es, tales trapecistas cómo van a pedir el voto si se han puesto camisas de diversos partidos, no son confiables, sólo buscan su beneficio personal, en suma, no tienen credibilidad. Así no se puede aspirar a gobernar.

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