El PAN priísta

Aunque haya una sistemática intención de apoyar a los jóvenes políticos, sin importar el partido al que pertenezcan, surgen algunos a quienes no se puede menos que cuestionárseles una visión obtusa de la realidad nacional.
Tal es el caso del coordinador de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados el contador Marko Cortés Mendoza, cuyos comentarios no son propios de un político serio, y menos de un miembro de un partido de oposición sino los de un ciudadano común y corriente que se le ocurre opinar sobre algún incidente después del postre y antes del café.
Su postura refleja un simplismo que acusa desconocimiento de la realidad e ingenuidad. No son propias de una persona que se dedica al ejercicio político, sino a una persona mal informada y víctima de la desinformación. Recuerda a algunos parroquianos de los cafés cercanos a la Secretaría de Gobernación que afirman que todos los negocios cerrados se deben a las protestas, no sólo de maestros, sino de estudiantes, campesinos, médicos, enfermeras, burócratas, policías, etc.
La protesta social, aunque sea manipulada, no surge de manera espontánea sino que nace de una causa, por lo regular poco difundida a propósito; sin embargo Marko la presenta como una especie de plaga de generación espontánea y que se reproduce con la humedad y extermina negocios.
Al decir que las protestas que lleva a cabo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación contra la reforma educativa, no sólo dañan a niños y padres de familia, sino también a la economía y turismo adopta el discurso del PRI, pareciera que su militancia es priísta al justificar justifica los evidentes errores del gobierno federal y los inserta como defectos sociales a los inconformes. Su visión de iletrado sobre los problemas sociales del país lo reprueban como representante social. Las protestas sociales, multiplicadas en este sexenio, son una reacción al mal gobierno, pero Marko pareciera un albiazul con alma tricolor al confundir y tratar de confundir a la población con el verdadero origen de la inconformidad social, que no surge de la afición por la protesta social sino de lo que ésta surge.
Con este tumor conservador e inocente Marko se atreve a convocar a los líderes de la disidencia magisterial a evitar la violencia y que sus manifestaciones las hagan como en otros países, ’donde pueden protestar, pero siguen trabajando sin provocar daños’.
Es decir, tenemos que copiar de otros países hasta la manera de protestar. Los panistas parecieran viajar por el tiempo en un vehículo que retrocede en lugar de avanzar.
Y con su inclinación progobierno convoca a sus cómplices del gobierno federal a que aplique la reforma educativa en todos sus términos y que, con los gobiernos estatales, no cedan a los chantajes de la CNTE.
Pero en estos días no sólo los profesores han protestado por las calles de la ciudad, hay otros muchos grupos como los estudiantes politécnicos, los trabajadores del centro Médico La Raza, y de 20 centros de trabajo del IMSS, quienes protestan por la subrogación de laboratorios en esa institución, los familiares de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, los hombres y mujeres de la tercera edad que carecen de prestaciones y se les escamotea suspensiones, los trabajadores de la CFE, de Pemex, entre otros. Ahora, como una manera de simplificar y reducir al mínimo la protesta social, a todo el que se manifiesta en las calles recibe el honroso nombre de profesor.