El voyerista

Felipe Calderón, ex presidente de México promovió el Mando Único como forma de contener la penetración de las policías municipales por el narcotráfico, activar una mejor capacitación en los elementos y dotarlos de un equipamiento adecuado. Muchos gobernadores, no le hicieron caso. O no le encontraron las bondades y principalmente varios ediles, encontraron que su control, moría.

El gobierno de la República actual tiene interés que en las Reformas Estructurales, el rubro del Mando Único se logre.

En un principio se buscó desaparecer las policías municipales y determinar que fueran las policías estatales, quienes asumieran el Mando. El Mando Único policial, no es otra cosa que permitir que sea la policía estatal, quienes funjan como policías municipales. En la misma, podrían incluirse a policías municipales, que fueran acreditados.

Varios ediles, observan esta situación, como una forma de intromisión en los asuntos municipales.

Es evidente que el Mando Único, tiene sus bondades en cuanto a capacitación, equipamiento y salarios, puesto que un policía municipal, estaría ganando entre 5 y 7 mil pesos, el estatal gana entre 10 y 12 mil pesos. El seguro de vida es mucho mayor y existe la posibilidad de que cuando un elemento pierda la vida o quede lisiado de por vida, el seguro que se entregaría a la viuda, sería del 100 por ciento del policía en servicio.

Lo anterior, se sustentó en tiempo atrás en la Policía Estatal Acreditable y hubo presupuesto para convertir los institutos de capacitación policial de los estados, en escuelas hasta con nivel licenciatura. Evidentemente que mucho de ese dinero, fue a parar a los bolsillos de los gobernantes y funcionarios corruptos.

Lo cierto, es que la aplicación del Mando Único policial, deberá contar con la venia y la discusión con los ediles, luego de que no se deberá convertir en una obligación, per se.

Es evidente también que a río revuelto, ganancia de pescadores y mediocres que se quieren aprovechar del tema y llevar agua a su molino. Unos, serían quienes desde la tribuna legislativa, quieren establecer criterios, que ni siquiera pudieron definir con claridad y mantuvieron a la policía, principalmente del municipio de Acapulco, sin funcionamiento.

Otro, es quien desde la ciudad de México, y que se anuncia en Acapulco, como el cuate de todos, y convertido en saltimbanqui político, primero del PRI, luego del PRD, posterior PC y ahora redimido de nuevo por el PRI, ya se apunta, en tiempos no electorales y sin posibilidades más que ser topil de la Zapata, quiere minar las relaciones entre el gobierno del estado y el municipio de Acapulco, para hacerse ver como candidato a la presidencia municipal del mismo lugar. Triste.

Es viable discutir todas las propuestas en cuanto a seguridad en el estado y en los municipios entre el gobernador del estado y su promoción depende del Ejecutivo Estatal, Héctor Astudillo Flores y del verdadero líder del PRD en Guerrero, el edil Evodio Velázquez Aguirre.

No se trata de imponer nada, como ya lo dijera el gobernador del estado. Y en eso hay correspondencia entre quien políticamente manda en el PRD.

Lo ideal, es que todas las propuestas, se sigan fortaleciendo y que las relaciones hasta hoy tersas, entre el gobierno estatal y los municipios que gobierna el PRD, se sigan fortaleciendo, para bien de todos y que en su momento lleguen los tiempos electorales y adelante. Enhorabuena.

La cosa, es seguirle apostando a la gobernabilidad. Eso es todo.