Estamos de luto: Astudillo

• Asistió acompañado del senador René Juárez al sepelio del candidato ultimado

• El sindicato de refresqueros patentiza a Astudillo su apoyo “para que gane bien”

• “Los demócratas son los que saben perder y aceptan sus derrotas”: Astudillo

--Estamos de luto los priístas –definió Héctor Astudillo.
Por la mañana, antes de acudir al sepelio de Ulises Fabián Quiroz, en Chilapa, Astudillo recordó a todos los que participan en las elecciones democráticas del 7 de junio de 2015: “Un demócrata es aquel que sabe perder y asume su derrota… yo, con humildad, lo hice hace 10 años”.
Y tras una década, los recuerdos están a flor de piel.
Ante casi mil trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Refresquera (SUTIR), afiliados a la Central Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) que lo arroparon y se adhirieron a la coalición PRI-Verde por la gubernatura de Guerrero, Astudillo hizo remembranzas:
--Hace 10 años no sentí este cariño y apoyo de los trabajadores de la industria refresquera y hoy me siento con mucho ánimo, por su apoyo y decisión de que haya un gobierno con orden y paz en Guerrero –expresó en la colonia Zapata este domingo.
Gregorio Juanico Reyes, líder de los refresqueros fue quien deploró “la ausencia de la paz y el orden”; la trabajadora Nadia Campos de Jesús, dijo que “un hombre vale por su palabra” y exigió a los políticos que hacen promesas las cumplan a cabalidad. Marcos Hernández, con 35 años de trabajar en una empresa cervecera, resumió: “queremos hechos, no palabras”.
Desde atrás, los hombres curtidos por el sol que se conocen con sobrenombres: “Pirruris”, “Picachú”, “Copetes”, “Juanelo”, “Persi”, “Gato”, “Conan”… estiraban el cuello, reían, bromeaban. Recordaban la pelea de Paquiao y Mayweather. ¿Apostaron?: “Nel… no hay varo. No me gustó. Estuvo aburrida. No se dieron de pu…”
Son los que reparten miles y miles de cajas de refrescos, agua embotellada y cerveza en las tiendas de todo el estado, en los 81 municipios. Los que también sufren los asaltos, a pesar de ir custodiados con policías bancarios. Son los conocen los caminos de Guerrero. Y a ellos les dijo Astudillo: “les pido cerrar filas, estar unidos y votar para que haya un gobierno con orden y paz”.
La campaña del PRI-Verde se ha distinguido por la diferencia de no colocar pasacalles, gallardetes, ni “ensuciar” postes con pintas. Es la diferencia de todas las campañas electorales.
Tampoco hay discursos encendidos, de oratoria con voz engolada. Es una charla despojada de la solemnidad, donde el candidato camina entre las filas de los asistentes. Los mira de frente. Los saludan. Se toman fotos con celulares y tablets. Hay una comunicación distinta de Astudillo con la gente, cuando a cada uno los saluda de mano, junto con su esposa Merce, quien se brinda en abrazos y besos en las mejillas de aquellos hombres rudos, de hablar áspero y a veces fuerte.
A cinco semanas de la cita con las urnas, Astudillo está mentalizado con ganar la gubernatura, lo que hace 10 años no alcanzó. “Y la enseñanza de aquella derrota, un demócrata la debe entender y aceptar. Yo soy un demócrata. Y también tengo palabra y la voy a cumplir: vamos por un gobierno con orden y paz”. Y con un sonoro “Viva Guerrero”, rubricó su mensaje.
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