Opinión

Esto planteaba Morelos, hoy denostado por los revisionistas/ B de B


Esto planteaba Morelos, hoy denostado por los revisionistas/ B de B
Periodismo
Septiembre 25, 2020 21:24 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com


Para José Gerardo, hombre de leyes y admirador de Morelos
La semana anterior nos ocupamos de mostrar a los revisionistas que están equivocados cuando niegan valor a las acciones que desarrollara Miguel Hidalgo Costilla y Gallaga en el proceso que llevó a lograr la independencia de México. Dado que ellos, también, arremetieron en contra de José María Teclo Morelos Pérez y Pavón, como lo prometimos en la colaboración anterior, en esta habremos de dar un repaso sintético a las propuestas que el michoacano realizó encaminadas a construir la patria nueva.
No pretendemos convertir este escrito en un documento biográfico o una semblanza apologética de Morelos, ni enfrascarnos en la discusión de cual fue su actitud a la hora de su encierro y ejecución. Nos concretaremos a revisar cuatro documentos, de los cuales mantendremos su redacción y ortografía. En el contenido de ellos, se puede apreciar como este hombre tenia muy claro hacia donde debería de ir la nación una vez que se hubiera constituido como tal.
Iniciaremos por revisar la carta que, desde Tixtla en el hoy estado de Guerrero, Morelos dirigiera, el 12 de agosto de 1811, a Ignacio López Rayón. En ella, explica las razones que tuvo para realizar un acto muy importante, la acuñación de moneda de cobre que tenía un valor muy superior al del metal contenido en ella. El objetivo de tal medida era poder obtener aportaciones de quienes estuvieran a favor de la causa independentista en función de las posibilidades de cada uno. En el texto de la misiva, Morelos apunta que ’ Hallándome sin socorro, y adeudada la Caja en algunos miles por causa de tanto comisionado devorante, he resuelto sellar cobre en calidad de libranza, pues de este modo nos presta el pobre y el rico, lo que hice publicar por bando en el comercio del ejército, y en la provincia de Tecpan [hoy estado de Guerrero], para que nadie la repugnase, y tenga su debido valor en el mercado, cuyo bando también remito á V.[uestra] E.[xcelencia] para que si lo tuviere á bien lo mande publicar en los lugares convenientes, pues es regular que esta moneda se extienda en el comercio de otras provincias.’ Tras de ello, procedió a explicar el origen de esa acción al mencionar que ’esta providencia quise tomarla de acuerdo con el Señor Hidalgo, y sólo me responde con fecha 16 de Diciembre próximo pasado, desde Guadalaxara, que pida prestado, y libre contra la Caja Nacional, cualquiera cantidad; pero no habiendo hasta ahora encontrado personas pudientes que hagan préstamos bastantes al socorro de las tropas, he librado en cobre de medio real arriba hasta un peso, menos tostones, de moneda inútil, á favor del pobre y del rico, con lo que parece estamos ¡ bien socorridos." Como es sabido por todos, Morelos no era economista, pero si poseía un sentido común enorme y sabia que, si no quedaba otra opción, ante las emergencias no había que tener miedo a endeudarse. Vaya lección intemporal para quienes prefieren empantanarse en la crisis y la escasez de recursos pecuniarios, antes que agenciarse recursos, vía el crédito. Morelos aun no tomaba el mando del movimiento independentista, pero ya daba muestras de liderazgo.
Dos años más tarde, Morelos habría de dar una muestra de transitar sobre la línea marcada por Hidalgo. En aquellos tiempos nada de que existieran instituciones pomposamente bautizadas como defensoras de los derechos humanos, pero el sentido humanista era divisa de quienes luchaban por construir la patria nueva. Si bien Hidalgo, desde diciembre de 1811, había decretado el fin de la esclavitud, al calor de la lucha aun quedaba por consolidar la medida. Por ello. El 5 de octubre de 1813, desde Chilpancingo, Morelos emitió una proclama en la cual indicaba ’porque deve alejarse de la América la Esclavitud y todo lo que a ella huela mando que los Yntendentes de Provincia y demás magistrados velen sobre que se pongan en libertad cuantos esclavos hayan quedado, y que los Naturales que forman Pueblos y Republicas hagan sus Elecciones libres presididas del Párroco y Juez Territorial quienes no los coarctaran a, determinada persona, aunque pueda representar con prueva la ineptitud del Electo a, la Superioridad que ha de aprovar la Elección: previniendo a las Repúblicas y Juezes no exclavicen a los hijos de los Pueblos con servicios y personales que solo deben a la Nación y soberanía y no al individuo como a tal, por lo que bastara dar un Topil, o Alhuacil al subdelegado u Juez, y nada más para el año alternando este servicio los Pueblos y hombres que tengan Haciendas con 12 sirvientes sin distinción de castas que quedan abolidas. Y para que todo tenga su puntual y devido cumplimiento, mando que los Yntendentes circulen las copias necesarias y que estas se franquen en mi secretaria a, quantos las pidan para instrucción y cumplimiento.’ Esto apenas era el bosquejo de lo que Morelos habría de plantear con una visión puesta en el futuro plasmada en los ’Sentimientos de la Nación.
El documento fue emitido tres semanas antes, el 14 de septiembre de 1813, del escrito previamente mencionado. En él, Morelos muestra la grandeza de su pensamiento y la visión que tenia para la patria. Empezaba por indicar que ’Que la América es libre e independiente de España y de toda otra Nación, Gobierno o Monarquía, y que así se sancione, dando al mundo las razones.’ Pero seguramente esto no es del gusto de los revisionistas quienes proponen que para celebrar la independencia hay que alabar a Iturbide quien, en el Plan de Iguala, publicado el 24 de febrero de 1821, establecía ’la absoluta independencia de este reino,’ en el cual, habrá ’un gobierno monárquico templado por una Constitución análoga al país.’ Pero para que se viera que Agustín Cosme Damián amaba la independencia en forma de grillete, a continuación, indicaba que ’Fernando VII, y en sus casos los de su dinastía o de otra reinante, serán los emperadores, para hallarnos con un monarca ya hecho, y precaver los atentados funestos de la ambición.’ Vaya forma de liberarnos del coloniaje, el detestado nos seguiría gobernando, pero eso si independientes. Pero en donde De Iturbide Arámbula aparece pintado de cuerpo entero es en el apartado octavo del Plan referido el cual indica: ’Si Fernando VII no se resolviere venir á México, la junta o la regencia mandará á nombre de la nación mientras se resuelve la testa que debe coronarse.’ Y la cabeza que estaba presta para ser adornada no era la otra que la del criollo quien un día se sintió noble. Pero dejemos al ídolo de los revisionistas y volvamos a Morelos y sus Sentimientos.
Aun cuando nuestra perspectiva difiere respecto a lo que apuntaremos, la respetamos ya que sería irracional demandar que Morelos renegara de lo que era su formación profesional. En congruencia con ello, indicaba que ’Que la Religión Católica sea la única, sin tolerancia de otras.’ Sin embargo, realizaba algunas acotaciones al mencionar ’que todos sus ministros se sustenten de todos, y solo los diezmos y primicias, y el pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda.’ Asimismo, precisaba que el dogma sea sostenido por la Jerarquía de la Iglesia, que son el Papa, los Obispos y los Curas, porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó: omnis plantatio quam non plantabit Pater meus celestis eradicabitur. Mat. Cap. XV.’ A pesar de su apego a la religión, Morelos era un hombre quien creía en la democracia y las instituciones.
Muestra de ello lo da al afirmar ’que la soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que solo quiere depositarla en sus representantes dividiendo los poderes de ella en Legislativo, Ejecutivo y Judiciario, eligiendo las Provincias sus vocales, y éstos a los demás, que deben ser sujetos sabios y de probidad.’ Ello, lo reafirmaba al apuntar ’que la Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que solo quiere depositarla en el Supremo Congreso Nacional Americano, compuesto de representantes de las provincias en igualdad de números.’ Muestra de su convicción en la validez de la separación de poderes la da al indicar ’que los Poderes Legislativo, Executivo, y Judicial estén divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos.’ Para buscar una operación optima, añadía ’que funcionarán cuatro años los vocales, turnándose, saliendo los más antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos. La dotación de los vocales será una congruente, suficiente y no superflua, y no pasará por ahora de ocho mil pesos.’ Reconocía la existencia de una limitante de recursos real y los emolumentos deberían de limitarse a lo disponible.
Como aquellos eran tiempos de marcar distancias y tres siglos de coloniaje tenían a todos hasta el copete, a Morelos no le quedaba sino adoptar una actitud que hoy pudiera parecer chauvinista, pero, entonces, no había otra alternativa sino establecer ’que los empleos los obtengan solo los americanos. Para quienes estaban a favor de la presencia de personas provenientes de otras latitudes, les abría una rendija pequeña al mencionar ’que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir, y libres de toda sospecha.’ Morelos, sin embargo, estaba consciente de que mucho era lo que estaba por hacerse.
Por lo anterior, enfatizaba ’que la patria no será del todo libre y nuestra, mientras no se reforme el gobierno, abatiendo el tiránico, substituyendo el liberal y echando fuera de nuestro suelo al enemigo español que tanto se ha declarado contra esta nación.’ Como es factible leer, nada de andar proponiendo gobiernos monárquicos, o un remedo de eso, lo que se planteaba era una transformación real y no medidas cosméticas que terminaran en gatopardismo. Esto pasaba por emitir medidas que resultaban muy adelantas para su tiempo.
Como firme creyente en las disposiciones legales, Morelos mencionaba ’que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto.’ Para quienes hoy, aquí y afuera, nos quieren sorprender como los adalides primigenios en la búsqueda de leyes igualitarias, establecía ’que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados, y que estos sólo lo sean en cuanto el uso de su ministerio.’ Sin embargo, Morelos percibía claramente que no cualquiera podría emitir leyes justas para eso se requería de personas con la preparación adecuada, por ello recomendaba ’que para dictar una ley se haga junta de sabios en el número posible, para que proceda con más acierto y exonere de algunos cargos que pudieran resultarles.’
Como ya lo había externado en el documento que mencionamos renglones arriba, la libertad de los individuos era algo que consideraba fundamental para poder construir la nación nueva. Así’, reiteraba ’que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales y sólo distinguirá a un americano de otro, el vicio y la virtud.’
En cuanto a las relaciones con el exterior y el resguardo de los limites territoriales, el antiguo cura de Carácuaro indicaba ’que nuestros Puertos se franqueen a las naciones extranjeras amigas, pero que éstas no se internen al Reino por más amigas que sean, y solo haya Puertos señalados para el efecto, prohibiendo el desembarco en todos los demás, señalando el diez por ciento u otra gabela a sus mercancías.’ Pero ahí no dejaba el tema, añadía ’que las tropas extranjeras de otro Reino no pisen nuestro suelo, y si fuere en ayuda, no estarán donde la Suprema Junta.’ Asimismo, era cuidadoso de no invadir la territorialidad de otras naciones y el respeto al libre albedrio de cada una por lo cual era claro en el mensaje de ’que no hagan expediciones fuera de los límites del Reino, especialmente ultramarinas, porque no son de esta clase, propagar la fe a nuestros hermanos de tierra dentro.’
En asuntos domésticos, estaba muy interesado la seguridad del individuo y sus pertenencias, por ello, hacia saber cuan necesario era ’que a cada uno se le guarden las propiedades y respete a su casa como en asilo sagrado señalando penas a los infractores.’ A la vez como antecedente de las garantías individuales y los derechos humanos, mencionaba ’que en la nueva legislación no se admitirá la tortura.’ Por si los modernos creen haber descubierto el hilo negro combinado con el agua tibia.
Sabedor de que era necesario respetar el libre albedrio de una gran parte de la población sometida al bombardeo religioso, Morelos demandaba ’que en la misma [la nueva legislación] se establezca por ley Constitucional la celebración del doce de diciembre en todos los pueblos, dedicado a la patrona de nuestra libertad, María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos, la devoción mensual.’ En ello, le iba seguir contando con el respaldo de los creyentes adheridos a su causa.
Y para que no quede duda de hasta donde llegaban los alcances de este visionario, nos proveía de una versión incipiente de reforma fiscal al enfatizar cuan necesario era que se quite la infinidad de tributos, pechos a imposiciones que más agobian y se señale a cada individuo un cinco por ciento en sus ganancias, u otra carga igual ligera, que no oprima tanto, como la alcabala [el impuesto que debían pagar los vendedores en un contrato de compraventa y las dos partes en un contrato de permuta], el estanco [prohibición de la venta libre de productos como tabaco, sal, aguardiente y algunos minerales por estar su explotación reservada al estado], el tributo [era lo que pagaban los habitantes de los pueblos de indios. En el siglo XVIII, significaba un peso y media fanega de maíz al año], y otros, pues con esta corta contribución, y la buena administración de los bienes confiscados al enemigo, podrá llevarse el peso de la Guerra y honorarios de empleados.’
A pesar de lo que hoy digan los revisionistas de la historia quienes primero dicen que el Grito de Dolores fue el 14 , y a la mañana siguiente escriben que se realizó el 17, Morelos, quien si vivió aquellos tiempos, sugería ’que igualmente se solemnice el día 16 de septiembre todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el mérito del grande Héroe el señor Dn. Miguel Hidalgo y su compañero Dn. Ignacio Allende.’
Todo lo anterior sirvió de base para la elaboración de la Constitución de Apatzingán promulgada por el Congreso de Anáhuac, en el cual Morelos participa como representante del Nuevo Reyno de León, el 22 de octubre de 1814, misma que es el antecedente de las Constituciones libertarias que fueron las de 1857 y 1917.
El cuarto documento que nos permite conocer los alcances del michoacana es aquella misiva que, desde el Palacio Nacional del Supremo Gobierno mexicano en Puruarán, así dice el texto original, el 14 de julio de 1815, Morelos juntamente con José María Liceaga y Remigio de Yarza, dirigió al presidente de los Estados Unidos de América del Norte, James Madison. Tras mencionar como el pueblo se había lanzado en la búsqueda para extinguir ’el yugo afrentoso de la esclavitud; y confiábamos finalmente en la ayuda poderosa de los Estados Unidos quienes, así como nos habían guiado sabiamente con su ejemplo; nos franquearían con generosidad sus auxilios, previos los tratados de amistad y de alianza en que. presidiese la buena fe, y no se olvidasen los intereses recíprocos de una y otra nación’. Seguramente no faltara por ahí quien busque colocarle el sambenito de proyanqui a Morelos. Para nosotros era un visionario que preveía lo que venía, además de estar plenamente consciente de que el futuro de la patria no podía seguir dependiendo de Europa con la cual tras de trescientos años de relaciones lo único que habíamos sacado era la ignorancia, la superchería y la pobreza. O ¿Acaso los revisionistas nos dirán que todo fue jauja y la ilustración floreció?
Asimismo, en la carta mencionaba como ’nuestro sistema de gobierno habiendo comenzado, como era natural, por los más informes rudimentos, se ha ido perfeccionando sucesivamente según qué lo han permitido las turbulencias de la guerra, y hoy se ve sujeto a una constitución de Apatzingán construida en máximas a todas luces liberales y acomodada en cuanto ha sido posible al genio, costumbres, y hábitos de nuestros pueblos, no menos que a las circunstancias de la revolución. Con el transcurso del tiempo recibirá modificaciones y mejoras a medida que nos ilustre la experiencia; pero nunca nos desviaremos una sola línea de los principios esenciales que. constituyen la verdadera libertad civil.’ Ninguna duda de que la autocritica estaba presente y era sabedor de que aun era largo el tramo por recorrer.
En cuanto a fomentar las relaciones con los EUA, Morelos indicaba: ’nos alienta sobre manera para. insistir en esta solicitud, la íntima persuasión en que siempre hemos vivido de que, siendo Amigas, y aliadas las Américas del Norte y Mexicana, influirán recíprocamente en los asuntos de su propia felicidad, y se harán invencibles a las agresiones de la codicia, de la ambición y de la tiranía; tanto que. nos hemos adelantado a creer que. esta importante liga merecerá de contado la aprobación de los dignos Representantes de la Nación AngloAmericana y de todos sus ciudadanos tan recomendables por su ilustración y por sus virtudes sociales.’
Lo que sigue es un reconocimiento de donde estábamos, lo que éramos y hacia donde buscábamos llegar bajo un esquema de cooperación con el vecino. Reconocía ’la sinceridad y el espíritu filantrópico que. caracterizan a ambas naciones: la facilidad y prontitud con qué. pueden comunicarse mutuamente sus auxilios: el bello enlace que resultará de dos pueblos, el uno privilegiado por. la fertilidad y producciones tan ricas como variadas de su suelo, y el otro distinguido por. su industria, por su cultura, y por su genio, que son los manantiales más fecundos de la riqueza de los Estados, todo conspira a justificar nuestras ideas formando desde ahora la prospectiva más halagüeña, si una y otra república llegan a unirse por. medio de tratados de alianza y de comercio, que. apoyados en la razón y en la justicia, en vengan a ser los vínculos sagrados de nuestra común prosperidad.’ Acto seguido, Morelos presentaba a José Manuel de Herrera como ministro plenipotenciario para negociar el reconocimiento de ’la Independencia de la América Mexicana’ y se procediera a ’en la forma conveniente a las negociaciones y tratados que aseguren la Felicidad y la gloria de las dos Américas.’ Por si alguno todavía creía que eso del tratado comercio fue una ocurrencia surgida durante los 1980s. Al final la epístola no fue respondida por Madison, y Morelos sería asesinado, esa es la palabra adecuada para el acto realizado por ordenes de Calleja, el 22 de diciembre de 1815.
Hoy, los revisionistas envueltos en su manto albiceleste quieren vendernos que debemos de celebrar lo realizado por Agustín Cosme Damián quien fue un oportunista cuya propuesta de independencia era instaurar un gobierno monárquico para que todo cambiara y siguiera igual. Tratar de demeritar lo hecho por Hidalgo y Morelos en pro de la independencia, simplemente porque fueron victimas de la formula iglesia católica-gobierno imperial, es querer negar que ellos sí tenían un proyecto para construir la nación nueva con la vista puesta en el mañana. Los revisionistas, al proponer a Iturbide como el gran independentista y ningunear a Hidalgo y Morelos, terminan por mostrarnos que, en realidad, son de los que plantean construir el futuro para instaurar el pasado. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) ¿Alguien podrá creer que el estadista Juárez García se sentiría orgulloso de que en su honor haya sido bautizado con su nombre ese sujeto execrable que fue el ’Duce’ italiano?
Añadido (2) En estos días hemos recordado la ocasión en que, recién desempacados de concluir nuestra segunda etapa estudiantil, fuimos a parar a un empleo que lucía interesante. Habían trascurrido veinte días cuando surgió un intercambio de opiniones con quien era nuestro superior jerárquico. De pronto, uno de nuestros puntos de vista no concordaba con el suyo y nos dijo: ’tu no tienes derecho a opinar distinto, estás para obedecer…’ Media hora más tarde, tenía la renuncia sobre su escritorio. Fue la única ocasión, en las más de dos décadas en que servimos al estado mexicano, en que alguien trató de impedirnos emitir nuestro punto de vista, y vaya que fueron varias las veces en que disentimos con la perspectiva de quienes eran nuestros superiores jerárquicos. Claro, aquellos eran los tiempos dinosáuricos-neoliberales.
Añadido (3) Todo mundo tiene derecho a expresar sus inconformidades, pero eso de meterle tufo cristero a nadie ayuda. Recordemos, aquella reyerta inútil costó la vida de más cien mil mexicanos y nada bueno dejó. Mora, Orozco, Ruiz, Diaz, Anacleto, Segura, los Pro, Palomar, Capistran, Ceniceros, Gorostieta, el ’catorce,’ Jiménez, Toral, la madre Conchita y varios más como ejemplo de fanatismo están bien, pero son impresentables para mostrarlos como pilares sobre los cuales pueda sustentarse la recomposición de una nación. Ellos fueron sembradores de odio y divisionismo. Quienes conocimos de cerca a sus herederos ideológicos podemos afirmarlo con certeza plena.

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