Del libro !Déjate de pendejadas!
Guillermo Farber
* En 1985 publiqué en la revista El Cuento esta minificción:
BALÍSTICA
La hipótesis probó la hipótesis del inspector: se trataba de un suicidio. Los bordes de la herida indicaban que la bala fue disparada desde el interior del cráneo.
Entonces yo creí que era sólo una ocurrencia puramente intelectual. Pero en setiembre de 2001 una tomografía reveló un meningioma en la tienda del cerebelo. Esto es, en la base de la nuca. El tumor, al tapar el desahogo normal del líquido intracraneano, me producía hidrocefalia y ésta unos vértigos fulminantes que me obligaban a tirarme al suelo en ese mismo instante, donde estuviera, abierto de piernas y brazos, porque perdía por completo toda sensación de equilibrio.
El tumor resultaría benigno a la postre, pero lo que estaba a punto de matarme era la hidrocefalia. Por eso la primera operación fue para descargar ese líquido acumulado. Me colocaron subcutáneamente un tubito plástico, que todavía conservo, desde el cráneo hasta el abdomen. A los tres días me sometieron a otra operación de 16 horas para extirpar el tumor.
¿DE DÓNDE VINO EL TUMOR?
Durante varios años antes del meningioma imaginé muchas veces esta imagen: yo tomaba una pistola, metía su cañón en mi boca y jalaba el gatillo. ¿Por qué hacía eso? Por exasperación al no poder comunicarme. Con quién, acerca de qué, son detalles que no vienen al caso. El punto clave es por dónde salía la bala después de matarme. Justo: por la tienda del cerebelo.
MORALEJA
La vida y el arte se reflejan mutuamente. La bala en efecto había sido disparada desde el interior del cráneo. Este suceso es otro destello de esa misma caprichosa pirotecnia.
