EN LA OPINIÓN DE.../
RICARDO SANHER
Un patrón de grandiosidad, una abrumadora necesidad de admiración, una completa falta de empatía hacia los demás y a menudo creerse parte vital en la vida de todo el mundo, son algunas de las características del desarrollo de un trastorno narcisista de la personalidad, algo que a últimas fechas ha mostrado el mandamás de este país.
Para muestra, en días pasados mediante un twitt, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó que: ’La transformación que encabezo cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitiría otro golpe de Estado en nuestro país’. Esta expresión levantó múltiples comentarios y polarizó aún más la ya de por sí dividida opinión pública.
Esta declaración del tabasqueño preocupa a más de uno porque denota un grado de narcisismo importante y peligroso para una sociedad que no acaba de digerir un cambio de régimen y al que 30 millones de mexicanos le apostaron todas sus esperanzas las cuales muchos no ven para cuando se les pueda cumplir, porque todo va a jalones y estirones y al parecer esto es lo menos que le preocupa a la cúpula de la nueva administración que es rimbombantemente llamada la ’cuarta Transformación’.
Durante sus conferencias mañaneras de dudosa seriedad, se le ha cuestionado al Presidente sobre lo que ya muchos llaman el ’Culiacanazo’, que dejó en ridículo no sólo al Gabinete de Seguridad sino también al Presidente, quien a pesar de su probada experiencia para manejar crisis de información, se ha visto rebasado y el twitt de referencia más se asemeja a una estrategia para bajarle la temperatura a este ridículo internacional a que de verdad exista un intento de ’golpe de Estado’.
A esta ’cortina de humo’ de inmediato se le sumó el gobernador de Veracruz, estado que por cierto padece uno de los más elevados índices de violencia, Cuitláhuac García, quien respaldó la ’idea’ del tabasqueño y ahondó al asegurar que al menos otros seis gobernadores respaldan al Presidente, sin mencionar de quiénes se trata.
La idea de la personalidad narcisista ha permeado y tomado fuerza debido al desempeño de la trayectoria política de López Obrador, en la cual deja en claro que más allá de priorizar su ambición por la silla presidencial, trayecto durante el cual incluso lo llevó a desligarse de los partidos políticos en los cuales militó, como fue en el PRI y el PRD, y formar su Movimiento de Regeneración Nacional del cual se valió para postularse a la Presidencia, por lo que se rige el tabasqueño es por los índices de popularidad menospreciando los resultados que pueda arrojar su administración en favor de los mexicanos.
Señor Presidente, deje que sea la historia quien lo juzgue y ponga más atención en la problemática de México, que necesita tomar decisiones y mejorar su panorama en todos los rubros, economía, seguridad, turismo y un extenso etcétera, que aunque esto no dé popularidad sí proporciona una sensación de bienestar que tanto necesita el pueblo de México. Ser crítico del poder no es sinónimo de golpista de Estado.
