Opinión

Hablemos acerca el origen del ingreso, los resultados electorales y el consumo /II

Hablemos acerca el origen del ingreso, los resultados electorales y el consumo /II
Periodismo
Julio 28, 2021 23:42 hrs.
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Sergio Enrique Castro Peña › guerrerohabla.com

En esta ocasiones hablaremos acerca de cómo se genera una parte del ingreso de los mexicanos, como se consume ese ingreso y como la concatenación de estos dos factores se expresan en los resultados electorales.
De acuerdo con los datos más recientes de que se dispone, durante 2020, el monto de las remesas enviadas por los residentes (legales o ilegales) mexicanos que viven en los EU fueron superiores a los cuarenta mil millones de dólares, esperándose que dicha cantidad sea superada en el 2021, y alcance los cincuenta mil millones de dólares. La información anterior no debe ser considerada, en el sentido económico, como un síntoma de bienestar o de fortaleza económica. A pesar del esfuerzo que realizan nuestros paisanos para no desamparar a sus familiares que dejaron en México, tampoco, es factible considerarla como la solución permanente a una de las muestras más patentes del fracaso de la política económica del actual gobierno, el cual no se guarda de mostrar la empatía escasa que tiene hacia la población que gobierna. Aun cuando pocos analistas lo señalan, esa actitud ha empezado a mostrar sus consecuencias.
Los resultados electorales en la Ciudad de México que llevaron al partido en el poder a la pérdida de la mitad de las alcaldías exponen, en nuestra opinión, la carencia de afinidad que está presente entre una gran parte del electorado y la jefa de gobierno. Esto, en mucho, es resultado de su incapacidad de gobernar con independencia del ejecutivo federal. Los ciudadanos de la capital del país, no eligieron a una empleada de AMLO, su decisión estaba encaminada a manifestarse en contra de la tradición de ser una entidad gobernada por la izquierda, una izquierda que se empotró electoralmente en la época más fuerte del PRI. Sin embargo, la manifestación electoral de rechazo que vimos en la Ciudad de México, misma que el presidente López ha tratado de ocultar bajo un argumento dado a la ligera, de que, si bien perdieron la mitad de la Capital del país, obtuvieron la mayoría electoral en gran parte de las gubernaturas que estaban en disputa, señalando que se había avanzado territorialmente.
Lo anterior, debemos verlo con la prospectiva de los efectos y los objetivos que pueda tener un poder al querer afirmar su presencia en un territorio dado. De acuerdo con el libro ’EL Arte de la Guerra’, las razones que un gobernante tiene para conquistar otros territorios pueden tener como objetivos: querer fortalecer sus fronteras; someter a los enemigos potenciales para garantizar, supuestamente, de esa manera su seguridad; conquistar aquellos grupos que poseen riquezas de tal magnitud que son fuente de la ambición de sus vecinos o no tan vecinos; someter, como una forma de afianzarse como figura fuerte a los reinos gobernados por líderes con ambiciones de apropiarse de nuevas tierras; y, por último, sin ser todos, tenemos el caso del interior de los países en donde los gobernantes tienen u obtienen, mediante los medios legales, electorales, una porción mayor o todo el territorio, pero sus sistemas de captación de recursos, impuestos, no son suficientes para sus proyectos personales, pero si, con compromisos con sus provincias o cualquier nombre que se les quiera identificar, buscando que esas provincias se autofinancien explotando a sus propias poblaciones.
Dentro de las categorías antes señaladas, la última es la más cercana a un país con un sistema electoral con una diversidad de partidos, por lo que deberíamos profundizar un poco más y ver cuáles serían las implicaciones con el abandono de una política y la pretensión de sustituirla con la imposición de otra. En nuestro país es ampliamente conocida la evasión fiscal que se da en las entidades federativas, sobresaliendo el pago del ’predial’ y los servicios que proporciona a la población local, primordialmente en los municipios. la aparente apatía de los municipios en hacer valer el monopolio que tienen para hacerse de recursos por medio de esas vías tiene más que ver con la cercanía del captor de estos y su posterior utilización y, por lo tanto, del castigo electoral que pueda tener su partido en un futuro no muy lejano.
En la reunión del presidente con los gobernadores de morena, reinó la alegría y armonía (¿aparentes?) y amplios compromisos por parte del presidente. Les prometió que contarán con recursos suficientes recursos por parte de la federación y con ello, por la honestidad genética con que cuentan, la utilización de dichos recursos, cual panes bíblicos, se habrán de multiplicar y derivar en resultados favorables para sus gobernados. El presidente, sin embargo, en primer lugar, deberá tener la certeza de contar con dichos recursos. Requiere tomar en cuenta el agotamiento de las políticas de echar mano de fondos o fideicomisos, creados durante los períodos neoliberales, los cuales ya han sido gastados o, bien de apretar fiscalmente a los grandes contribuyentes quienes quedaron exhaustos, física y financieramente después de las amargas entrevistas con las autoridades fiscales. Por otra parte, la fuente de ingresos que pensaron inicialmente, las de sus principales empresas PEMEX (Petróleos Mexicanos) y la CFE (Comisión Federal de Electricidad), por los cambios tecnológicos y de mercado, más que un alivio financiero está resultando en cargas fiscales sustanciales .
Con respecto al efecto negativo que la economía por en Covid-19 tuvo en 2020, desde nuestra perspectiva, es difícil aceptar que la caída, la menor de los rangos propuestos por los organismos internacionales, del 8.5 por ciento sea la real. Estamos convencidos de que la cifra, expuesta por nosotros en ocasiones anteriores, es del 11.5-12.5 por ciento. Por ello, estamos convencidos de cuán difícil es lograr la recuperación en el corto y mediano plazo. El tratamiento político que el presidente pretende darle al comportamiento económico, que está lejos de ser de carácter voluntarioso, hace que los medios dejen de un lado la vorágine que se está formando dentro de los factores que mueven y conforman el comportamiento de toda economía. Estos son: el ingreso (sus fuentes y distribución), el consumo (su conformación y grados de distribución); y, la inversión (con sus efectos multiplicadores) gubernamental, la de origen privado interno y externo (de reposición o de creación de nuevos capitales o sectores productivos), y por último, la relación de confianza entre los sectores que conforman la economía ya sean estos particulares, gubernamentales o privados.
Lo anterior, nos dice que el presidente lejos de enfrentar de forma realista uno de los sus principales problemas como son los que engloban los económicos, los quiere mezclar con aspectos y estrategias políticas o, lo que es más preocupante, simplista, originando entre la población un ambiente de que el único camino que tienen es el de vender su voto electoral por un poco más de un millar de monedas de cobre. Sin embargo, una economía que depende cada vez más de las remesas que mensualmente envían nuestros conciudadanos que viven en los EU, las cuales se incrementan año con año y, no por las razones que los dirigentes gubernamentales, o los altos ejecutivos de las corporaciones financieras y empresariales que proclaman que son debido al incremento de las aportaciones monetarias que el gobierno norteamericano destina a su población desocupada por los efectos de la pandemia. Aquí podría hacerse un símil con lo establecido en la ’curva de Laffer’ la cual habla de la relación entre el incremento en los impuestos y el ingreso. En el caso que nos ocupamos, podríamos decir que si un gobierno comienza a subsidiar a una población al llegar ese ingreso a un nivel dado esa población preferirá seguir viviendo del subsidio a buscar un trabajo nuevo o antiguo, con lo cual está afectando al valor de la fuerza de trabajo, lo cual da por resultado una demanda laboral que es atendida por migrantes.
Sin embargo, esas explicaciones no son lo suficientemente satisfactorias para darle sentido al comportamiento de esos migrantes de enviar constantemente parte de sus magros ingresos, (nada se dice de las remesas per cápita), mismos que son mayormente destinados a consumir productos de primera necesidad. Otro desatino que constantemente se expresa, es que el sector financiero debería aprovechar ese flujo de dinero para implementar programas para la creación de pequeñas empresas y, con ello, la inversión privada. Señores financieros, el sacrificio que realizan nuestros conciudadanos de mandar una parte de sus ingresos, no son, ni con mucho, un complemento, sino un sustituto neto del abandono de una responsabilidad que debería tener el gobierno de la 4/T con los millones de personas que se quedaron sin una fuente de ingresos y que anteriormente le otorgaron su voto. El único camino de esa población, al presidente no le gusta ese concepto, es seguir con su capacidad emprendedora, por desgracia el acortamiento de posibilidades lo orillan al autoempleo o al subempleo, sin olvidar su posible incorporación a las redes de micro menudeo ilegal. El incremento del monto de las remesas, no son producto de una mayor generosidad espontanea de nuestros conciudadanos, sino el reflejo del rotundo fracaso de la 4/T y su indiscutible líder AMLO.
Las posibilidades de lograr un crecimiento anual, mayor al cinco por ciento cada vez se estrechan más, el tiempo, el mes de julio ya terminó, mientras que estamos entrando a un rebote de la pandemia que afectara, no solamente a la población menos productiva sino a la que se encuentra en plenitud de fuerza y creatividad. Por nuestra parte, tratándose de pandemias, no creemos que en la actualidad exista algún experto o científico que pueda realizar un paradigma de prospectiva medianamente aceptable. El problema, desde nuestro punto de vista, es que México puede técnicamente alinear correctamente todos los factores económicos, sanitarios y de seguridad que le den una probabilidad más que adecuada para salir del bache pospandémico.
Lo anterior, sin embargo, no se podrá dar bajo las decisiones erráticas u ocurrencias a las que presidente recurre constantemente. Es necesario que el mandatario mexicano considere seriamente los problemas tan graves que nos agobian y de un giro de 180 grados en su actitud hacia a todo lo que representa iniciativa y propiedad privada. De continuar con su estrategia predilecta de sabotear todas las iniciativas de origen particular o privadas las posibilidades de lograr un crecimiento económico adecuado y sostenible se minimizan.
La inflación, esa variable tan difusa, que en lo que va del presente año manifiesta un crecimiento anual de poco menos del seis por ciento, la están minimizando al calificarla como ’temporal’, no estacional, pretendiendo decirnos que, a pesar de ser originada por la oferta, interna o externa o ambas, como consecuencia de tratar de poner en funcionamiento de los países o la economía global, la realidad, es que sus efectos por los encadenamientos no son tan momentáneos. Asimismo, debemos de considerar que la globalización nos está llevando a una reconvención (comercial, de servicios, distribución y producción industrial). Sin embargo, los gobiernos, y el nuestro no es la excepción, suelen tomar medidas cortoplacistas. Ese es el espíritu que impera en las medidas que se toman en México en busca de superar la pandemia y sus consecuencias económicas.
El mayor peligro que pueda resultar de una inflación persistente es que esa infraestructura no se encuentra plenamente alineada y podría originar desequilibrios mayores en la distribución de la riqueza y con ello, una mayor tensión entre los sectores que conforman la sociedad. En México, con una porcentaje muy significativo de la población sin una expectativa de obtener un ingreso, seguro y constante, y, por lo tanto, de acceder al mercado de bienes y servicios, diferentes a los mínimos de bienestar, una variación de la inflación en lugar de ser un factor de aceleración de la economía, puede traducirse en un lastre que le impida crecer o desarrollarse. Un poco de inflación, manifestó el Premio Nobel Paul Krugman, una economía, con un crecimiento de hasta un 6.5 por ciento anual, puede ser benéfica. Sin embargo, como se manifestó anteriormente, ese no es el caso para nuestro país, ni tampoco contamos con el apoyo de un presidente que quiere que salgamos de este bache sanitario, sino que muestra más interés, quizás por aquello del ’anillo al dedo’, que no salgamos de este socavón económico, político, seguridad y social. Esta pandemia nos está mostrando una dicotomía entre los objetivos y estrategias de la parte más dinámica (¿la clase media?) de la sociedad y su presidente para combatir y salir de la zanja postpandemia, las consecuencias todavía recorren las brechas de la incertidumbre. Sólo hay que esperar. sergiocastro6@yahoo.com.mx



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