Sergio Enrique Castro Peña

Hablemos de incertidumbre o de reformas estructurales

Hablemos de incertidumbre o de reformas estructurales
Periodismo
Enero 26, 2017 21:13 hrs.
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Sergio Enrique Castro Peña › guerrerohabla.com

El tema que ha prevalecido en los pasillos de los grandes medios de comunicación es el referente a la toma de posesión del Sr. Trump y los efectos que tendrá en nuestra economía y por lo tanto en sus variables más sensibles, la balanza de pagos, el tipo de cambio, la fuga de capitales, principalmente de inversión en la bolsa y en deuda pública y privada y, primordialmente, los inmigrantes ilegales que viven con la amenaza de ser deportados. Dentro de los efectos que se consideran tendrán y tienen las políticas económicas anunciadas por el hoy presidente de los Estados Unidos son el énfasis sobre anteponer los intereses de ese país, no solo de cara a otras naciones sino a la estrategia seguida a nivel internacional de la globalización nacida como propuesta para impedir el avance del comunismo y englobar al mundo bajo un sistema de mercado como forma de lograr un crecimiento económico sostenible el cual paralelamente sostendría una democracia electoral.
La reacción ante el anuncio del Presidente Trump de priorizar los intereses de su nación ’América Primero’, ante los de cualquier otro país ha llenado de temor e incertidumbre, aparente o real, a nuestra clase en el poder (privada, política, eclesiástica y gubernamental) y la posición de estas fuerzas divulgadas en los grandes medios masivos de comunicación es semejante a la escuchada desde los años setenta: ’se trata de una estrategia aislacionista y nacionalismo a ultranza y racista.’ Las reacciones y las propuestas para hacer frente a esta nueva situación, también suenan a ese pasado rancio y muestran una falta de imaginación y de miedo a explorar nuevos caminos o de analizar si las reformas estructurales pueden con una implementación más acelerada ser parte de una solución viable para este problema. Ello implicaría centrarse primariamente en unos caminos ya conocidos pero ineficaces. Uno podrían ser las marchas en contra de la decisión del mandatario estadounidense. Otro, el tener un acceso mayor a los recursos fiscales, no formar asociaciones privadas con recursos propios, para apoyar a los emigrantes ilegales que sean deportados. De esta manera, se define y tratan de esconder el origen del problema. Ocultan que fueron esas mismas fuerzas económicas del sector privado las que no establecieron un aparato productivo interno que produjera un sector competitivo y creador de empleos suficientes y con ello evitar la doble penuria de nuestros conciudadanos: el peligro, la vejación y explotación que tuvieron que pasar para llegar a los Estados Unidos en busca de esos trabajos que no encontraron en nuestro país y, la incertidumbre que tendrán ahora que enfrentar ante la amenaza de ser deportados. No los queremos retribuir por las divisas que han mandado desde el origen de nuestra nación, no, nuestras organizaciones privadas y religiosas quieren obtener una vez más, ganancias adicionales por su benevolencia, al mismo costo que tuvieron que pagar por esas divisas, nada. Lo que ofrecen son dádivas, no oportunidades, pero con dinero ajeno.
Por otra parte, nuestros investigadores de la mayor casa de estudios de nivel superior también vuelven a proponer soluciones provenientes de ese pasado lejano que son los años setenta y que no ha funcionado. Vuelven a insistir en la diversificación de los mercados internacionales, con tratados o sin ellos y disminuir la histórica dependencia, en este caso económica, se estima que el ochenta por ciento de nuestro comercio e inversiones provienes de nuestro gran vecino. Sin embargo, en esa enraizada propuesta se trata de esconder un malinchismo a ultranza, una ineficiencia endémica, un sector empresarial timorato, un apetito voraz por lo importado y una incapacidad casi criminal de no haber sido lo suficientemente audaces para aprovechar la ventaja comparativa más codiciada, principalmente China y los demás países asiáticos, más de dos mil quilómetros de frontera con el mercado más grande del mundo, los Estados Unidos. De igual forma, como si se tratara de una caja de resonancia, tanto el sector académico, los medios de comunicación y las asociaciones de la iniciativa privada repiten la propuesta de uno de los hombres más ricos del mundo, una solución, para ellos novedosa, retomar y aprovechar el mercado interno.
Lo que nos ha llevado actualmente a un estado de incertidumbre, fue el mensaje enviado por Trump a sus ciudadanos y al mundo, de que los Estados Unidos no puede seguir siendo el motor, con su consumo, de la economía mundial y la globalización bajo la premisa de un consumo masivo´, proveniente de las importaciones, apoyado por un endeudamiento constante y una captación de recursos del exterior vía un dólar fuerte. Se considera que la deuda total, privada y pública, de Estados Unidos para cada uno de sus habitantes, representan aproximadamente unos 65,000 dólares, unos 16 billones, 250 mil millones, la cual esta mayormente constituida por bienes y servicios de origen externo producto de las empresas transnacionales americanas. Por eso fue que primero, solicitó a esas empresas cancelar sus proyectos de inversión a México y, segundo al informar que pondrá un impuesto a las importaciones del 35 por ciento, además de renegociar el TLC.
Actualmente, el mercado entre México y Estados Unidos (EU) es del orden de los 538,300 millones de dólares (MDD), de los cuales 303,300 MDD están constituidos por exportaciones de México y 235,000 MDD por concepto de importaciones, lo cual nos da un superávit de 68,000 MDD, sin embargo, en 2013 el superávit correspondió a EU por siete MMD, la balanza positiva no es prerrogativa de ninguno de los dos países. De igual manera, tenemos que considerar que México es actualmente el tercer socio comercial de EU, por muchos años fuimos el segundo, solo debajo de Canadá y China. También hay que tener en cuenta que actualmente el TLC constituye uno de los mercados regionales más importante del mundo y con una integración, con la excepción de la Unión Europea, con una dependencia o integración regional más importante para el desarrollo y el crecimiento de aproximadamente el 68 por ciento de los estados que constituyen la Unión, lo cual hace una disolución comercial inmediata entre ambas economías, casi impensable.
Con respecto al comercio bilateral de EU y China es de 600,700 MDD, conformado con 116,700 MDD de las importaciones de China, mientras que las de EU son del orden de los 484,000 MDD, produciéndole a los EU un déficit de 367,300 MDD, cifra superior al total de las exportaciones de México a ese país. Otro punto que sobresale es el transcurso de los diez y seis años del presente siglo, el superávit obtenido por China en su comercio con EU se ha cuadriplicado, convirtiéndose endémicamente deficitaria para los EU. Por lo que, en términos económicos y menos en materia de comercio internacional, es poco explicable la reacción y posición tan violenta del presidente Trump en contra de nuestro país por lo que hace se introduzca una variable adicional que nos permita darle una validez o explicación a ese comportamiento y, esta es, el comportamiento adverso y en ocasiones violento de nuestra clase en el poder mediante sus medios de comunicación masiva que tuvieron en todo el proceso electoral de ese país, con un apoyo irrestricto a la candidata del partido Demócrata la Sra. Hillary Clinton. Recordemos solamente una intervención directa en contra del candidato Republicano, el viaje de Marcelo Ebrard a Los Ángeles California, como enviado especial de López Obrador para promover el voto en contra de Trump. Y, de igual manera, la arremetida de los medios por la visita del candidato y hoy presidente de los EU que terminó con la renuncia del secretario de hacienda, Luís Videgaray, retornando como secretario de relaciones exteriores, ocasionando también nuestra política exterior diera tumbos diplomáticos que tanto daño produjeron y que podrían producir en nuestra posición ante una renegociación del TLC. Como punto de partida el Presidente Trump anunció que como primer paso tendría una reunión con el Primer Ministro de Canadá, seguida con otra por separado con el Presidente Peña Nieto y que las negociaciones formales se harían posteriormente, lo que hizo que la incertidumbre en nuestro país se incrementara y las perspectivas en todos los rubros tendieran a la baja, con respecto a los pronósticos de otros países principalmente de América Latina y que el FMI declarara que ’México está en un terreno complicado.’
Lo anterior nos lleva a considerar que si al final el tema de la renegociación del TLC y de la estrategia económica del Presidente Trump, no es en realidad lo que está provocando el ambiente de inestabilidad económica, hay que buscarla, como se mencionó anteriormente, en otros factores y en otros actores. Esto es en la estrategia de la derecha recalcitrante para eliminar al PRI del panorama electoral en 2017, como base para un triunfo en 2018, mediante el debilitamiento y hasta el derrumbamiento del actual gobierno, que al final denotan que no solamente es torpe sino también un desconocimiento brutal de las consecuencias de las futuras políticas del Presidente Trump. Porque, un país con posibilidades de sucumbir, debilitado por sus propias fuerzas de poder, una sociedad dividida o lo que es más riesgoso fragmentada, enfrentada, por la propaganda fantasma constituida por rumores, la forma más eficiente y barata de atacar a un adversario, promovida por los medios masivos de información, el llamado al linchamiento queriendo con ello suplantar nuestro estado de derecho, la humillación constante, bajo supuestos, poco claros, violaciones a los derechos humanos a nuestra estructura de seguridad, el más grave al Ejercito Mexicano, difícilmente podemos decir que contribuyen a la democracia, la legalidad, la seguridad o, a tener una mejor posición en la negociación ante los pronunciamientos del presidente de los EU.
Pensar únicamente en el 2017 y los beneficios políticos, partidarios o personales con miras a una supuesta ganancia posicional es no solo una miopía política en su máxima expresión. Es un soberbio desinterés sobre el futuro de millones de mexicanos, a los que supuestamente defienden y quieren representar, por una ganancia coyuntural. No se pretende que se elimine la lucha por el poder de los diferentes actores políticos, lo que se propone, es algo, tan alejado de nuestra clase política y, es, que ponderen los pros y contras de sus acciones en este contexto tan singular en la historia reciente del país. El surgimiento de un Trump con su política de comercio internacional proteccionista, el Brexit en el Reino Unido, Le Penn en Francia y la poca expectativa de que Ángela Merker sea reelegida como primera ministro en Alemania, hacen que la tendencia de proteccionismo económico, el rechazo a la inmigración ilegal y de carácter político, y a la estructura burocrática partidaria que conforman la clase de profesionales en política salida de la globalización. Los vientos de desintegración y separación están cada vez más presentes y nuestro país no es la excepción, dividamos las opiniones, diversifiquemos las ideas, pero dentro de un contexto unificado, a nadie beneficia una desunión, salvo a los contrarios, no coyuntural y, solo así, estaremos en posibilidades de seguir construyendo el país que todos esperamos. El 2017, no es el principio ni el fin de nuestra historia, es solo un minúsculo escollo, pero si puede ser un punto de inflexión con la probable interferencia de Trump en el proceso presidencial de México y su reticencia a la aceptación de la capacidad de los políticos profesionales a gobernar, su designación como candidato republicano a la presidencia fue sin el apoyo de la infraestructura de ese partido. Sus detractores en México lo saben y tratan de desviar el tema a campos más cómodos, también intuyen que la negociación del TLC o la forma en que se desarrolle dicha negociación, puede influir en el ánimo de las fuerzas reales internas y, hasta cambiar las posiciones de las posibilidades del partido que se considera actualmente fuera de toda oportunidad: el PRI.
El factor Trump ha causado una situación de inestabilidad financiera, económica y política, pero, la más relevante está mostrando el aldeanismo de nuestro sistema político que no le permite ver lo que ocurre en otras latitudes y las repercusiones que puedan tener en nosotros. Con Trump, se pudo demostrar que un candidato sin experiencia en política, ni con antecedentes con los aparatos de la burocracia partidista, pudo superar a contrincantes con amplia trayectoria en esos campos. De igual forma, la inestabilidad sufrida por el gobierno del presidente Peña Nieto en sus primeros cuatro años de gobierno fue producto de sus enemigos declarados o no, sin embargo, a partir de la toma de posesión de Trump la inestabilidad cambio de manos y los hilos traspasaron las fronteras y se les están enredando a los primeros. Los cambios iniciales los podemos ver en la imperceptible desaparición de las alianzas entre el PAN y el PRD para las campañas electorales en el Estado de México y en Coahuila y, posiblemente en Nayarit. La luna de miel del encanto de Obama que nos impidió ver que en todo tiempo fue un presidente de EU, con todo lo esto conlleva, por lo que sus intervenciones en contra del actual gobierno, no solo eran disfrazadas sino solapadas. No obstante, esas intervenciones nunca desaparecieron y con Trump se podrían ver más contundentes y sus cartas no necesariamente estarán enfocadas al apoyo de las fuerzas de siempre y, sí, a una carta que le garantice estabilidad y seguridad en su ’traspatio’, su objetivo no es eliminar, es controlar, garantizar que contara con las condiciones para el logro de su plataforma de gobierno. Sabe lo que es el poder y el poder que representa ser presidente de los EU, sabe el tamaño y el peso económico del gobierno, el 37 por ciento del PIB, por eso tiene la capacidad de alinear a la industria automotriz a sus políticas, sin un esfuerzo aparente. Cosa que no puede hacer el gobierno de México con su poco peso en la economía un 15 o 17 por ciento del PIB, con el CCE, la COPRARMEX, los Hombres de Negocios y demás ’empresarios’. A Trump le interesa negociar con un país desunido, pero en la implementación de lo negociado buscara como unificarlo para sus objetivos. La formula la podemos modificar y negociar como un solo país lo cual nos daría una ventaja a la hora de realizar dicha negociación y lo que es más importante a la hora de implementar lo acordado. Esa parte de la historia está en nuestras manos, el atrevernos también.

sergiocastro6 @yahoo.com.mx

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