Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La señora Claudia Sheinbaum dice cada vez que el momento lo amerita, que no está en campaña. Pero aprovecha cada día, desde que su patrón el Presidente dijo que es presidenciable, para aparecer en actos públicos en todos lados. Viaja constantemente a los estados a disfrutar de los vítores. Levanta las manos en señal de triunfo y dispara sonrisas por doquier.
Saluda a la gente y, en suma, adopta el papel de candidata aunque no esté en campaña, según ella.
Pero acaba de aparecer en la portada de la revista semanal española El País. Su aparición despertó controversias en México, entre seguidores y adversarios como diría su jefe. Los primeros, como siempre, la han defendido de las críticas acres, aunque sus argumentos han dejado mucho qué desear. No han atinado a mostrar solidez en sus dichos.
Sus instructores, los que les dan la pauta diaria sobre qué contestar, por lo visto, tampoco. Su maestro, Epigmenio Ibarra, ha quedado mudo o no ha encontrado el consejo adecuado o pertinente.
Como periodistas, sabemos que las portadas o las notas a ocho columnas de los diarios no se venden. Son escogidas por la dirección para publicar lo más relevante del día. Para dar a conocer, de acuerdo con el criterio del que dirige la edición, qué acontecimiento merece ese espacio, por ser el más trascendental. El que dará mucho qué decir durante varios días.
¿Qué tan atractiva puede ser la figura de un político mexicano gris, para una publicación española que, por importante que sea, tiene a la inmensa mayoría de sus lectores en aquellos lugares?
El subdirector del medio, Javier Lafuente, aseguró que ’buscaba un perfil de Sheinbaum porque ’no se la conoce tanto y con la entrevista se abordaron temas que en una de coyuntura no se hablarían’.
Parece una justificación sobre un probable pago por la entrevista y la aparición de la señora en portada.
Los medios prestigiados piden a sus empleados entrevistar sólo a los más famosos e importantes. Cuando trabajé en Excelsior en mi juventud y el rotativo era considerado uno de los 20 mejores del mundo, lo primero que me pidieron fueron entrevistas con personajes de una gran significación. De otro modo, mis trabajos se perderían.
En todo caso, el subdirector dio muestras de no conocer a los políticos de nuestro país. Afirmó que el Presidente ’es un hombre profundamente feminista, pues la mitad de su gabinete está compuesto por mujeres desde que fue jefe de gobierno del entonces Distrito Federal. ¿Por qué no se asoma a México y conoce nuestra realidad? Así vería el profundo desprecio del mandatario al gremio.
La señora también se apresuró a afirmar que jamás pagaría por una publicación a su favor. Pero como es una copia fiel de su patrón, pocos mexicanos, conocedores de la sarta de mentiras que profiere diariamente, a toda hora y del tema de que se trate, creerían en esta posibilidad. De todos modos, la tarifa es peccata minuta.
Como quiera que haya sido, es bueno conocer las tarifas offline 2020 del medio, de acuerdo con la publicación Merca2.0: ’…Los especiales de una página alcanzan un costo de hasta 61 mil euros, algo aproximado a un millón 434 mil pesos mexicanos. Las páginas generales tienen un costo de 51 mil 300 euros y en doble página hasta 99 mil 500 euros, es decir, un millón 206 mil y 2 millones 339 mil pesos mexicanos, respectivamente’.
Por cierto, entre lo que dijo en la entrevista hubo más mentiras, en aras de adornarse. Dijo que es exigente.
’La frase que más escuchan de mí es que aquí no hay autocomplacencias’. Es fácil pronunciar autoelogios, si de hablar en primera persona se trata. Sin embargo, en la práctica hemos sido testigos de absolutamente todo lo contrario.
Por citar sólo un ejemplo de muchísimos, soportó hasta que la liga no pudo estirarse más, a la incapaz Florencia Serranía. Junto con ella, responsable de la muerte de casi una treintena de personas, por su mortal descuido del Metro.
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