Ni la parcialidad de los medios de comunicación tradicionales del país -y del propio Instituto Nacional Electoral (INE)-, ni la suma de cientos de supuestos ’intelectuales’, así como tampoco la estrategia de inundar de perfiles falsos las redes sociales, le sirvieron a la alianza PRI-PAN-PRD para competir por las 15 gubernaturas disputadas el proceso electoral que se llevó a cabo el día de ayer, pues mientras Morena y aliados se llevaron 11, allí donde compitieron juntos el PRI, PAN y PRD no cosecharon una sola victoria.
Lo anterior conforme a las encuestas de salida compartidas por el INE en su plataforma, donde en 3 entidades podría haber cambios: muy poco probables en Michoacán y San Luis Potosí, en tanto que en Campeche, si bien Morena tiene la ventaja, estadísticamente hay dos aspirantes que podrían arrebatarle el triunfo a los guindas.
Si a lo anterior se suma a que en 30 años Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es el único mandatario que tendrá la mayoría del Congreso (absoluta) para su segunda mitad de gobierno y que la actual legislatura goza de 3 meses para aprovechar su actual mayoría calificada para hacer reformas constitucionales, lo vivido el 6 de junio para la oposición fue una verdadera pesadilla, cortesía de la voluntad del electorado mexicano.
Si la fuerza electoral se midiera en número de gubernaturas ganadas, Morena y sus aliados serían el primer lugar con 11, teniendo una amplia ventaja sobre el segundo lugar que es el PAN y sus distintos aliados en dos entidades diferentes.
El tercer lugar sería para Movimiento Ciudadano y el cuarto para el PT-PVEM -sin Morena-.
En las memorias periodísticas quedarán aquellas declaraciones de los líderes del PRI, PAN y PRD que, queriendo engañar incluso a sus propios adeptos, declararon que se llevarían una mayoría a través de su gran bloque opositor, mismo que en aquellas entidades donde compitieron de forma conjunta, no fueron capaces de obtener una sola victoria.