INDEPENDIENTES

Las candidaturas independientes se convirtieron en una enfermedad sumamente contagiosa que puede propagarse por todo el país y surgir como la gran favorita en los comicios presidenciales del 2018.

Eso lo saben los propietarios de los partidos políticos que ven desde ya a las candidaturas independientes como sus grandes adversarios que les pueden arrebatar el usufructo del poder político en el país.

La figura de independientes es tomada como bandera por todos aquellos que pretenden convertirse en candidatos, pero que saben que sus los partidos en que militan no los respaldarán.

Amagan y amenazan con ello y en algunos de los casos hasta renuncian a su militancia, con el propósito de competir bajo el nuevo esquema de independiente.

Un próspero empresario (José Luis Barraza) anunció su pretensión de ir por la vía de independiente en Chihuahua. Otro empresario metido a político (Juan Bueno Torio) hizo lo propio en Veracruz, aunque el renunció a su militancia panista que lo llevó a ser diputado y senador, además de director en PEMEX.

Pero no son los únicos, varios aspirantes de distintos partidos chantajean a sus dirigencias con pasar a las filas independientes si no son postulados a los gobiernos estatales.

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Un priista, un perredista y una panista, aseguran que ellos estarán en las boletas el cinco de junio, sin importar la forma en que lo consignen.

Pedro de León Mojarro, ya lo cumplió renunció al PRI y busca otras opciones, busca el respaldo de perredistas y panista que irán en alianza y de no conseguirlo se irá por la libre, con el carácter de independiente, cuando menos esos son sus propósitos.

Curiosamente de León Mojarro es cuñado del actual gobernador, Miguel Alonso Reyes, quien pasó del PRI al PRD y regresó al PRI para ser candidato a gobernador.

El perredista es Benjamín Robles Montoya, senador por el PRD de extracción priista y vinculado cercanamente al ex gobernador de Michoacán, Víctor Manuel Tinoco Rubí y al gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo de quien se encuentra distanciado.

La distancia es tan grande que Robles Montoya presentó una denuncia ante la PGR contra el operador financiero del gobernador, Jorge Castillo, considerado el poder político y económico de Oaxaca.

Ganador de la contienda por el Senado de la República en 2012, donde derrotó a uno de los principales prospectos que tiene el PRI para el gobierno estatal, Eviel Pérez Magaña, Benjamín está consciente de que le será difícil superar el escollo que representa el gobernador y sus operadores, por lo que amenaza con irse a otro partido o jugar la carta de independiente.

Eso sí, promete estar en la boleta electoral del cinco de junio próximo.

Adriana Dávila Fernández es la panista que amagó con lo mismo, irse de independiente o por otra fórmula si su partido no la convierte en candidata al gobierno de Tlaxcala.

La panista es una eterna perdedora. Fue candidata al gobierno estatal y sucumbió ante el priista Mariano González Zarur, quien seis años antes había caído ante el panista Héctor Ortiz.

Buscó entonces ser senadora y lo consiguió, aunque no por la fórmula de mayoría, ya que fue derrotada por la neoperredista Lorena Cuéllar, quien pretendía ser la candidata de a la alianza que conformaría el PRD y el PAN en Tlaxcala.

El chantaje de Adriana tiró por la borda el acuerdo de alianza entre derecha e izquierda, ya que no sería ella la candidata, sino su compañera de Senado, Lorena Cuéllar.

La alianza en Tlaxcala ya no se dio y cada uno de los partidos, PAN y PRD, llevarán sus propios candidatos que serán las dos senadoras y con ello abren la expectativa para que el PRI mantenga el estado en su poder.

En los doce estados que irán a la elección de gobernador en junio próximo existen prospectos que irán por la vía de independientes, pretendiendo convertirse en los nuevos “Broncos” que den el zarpazo para gobernar sus respectivos estados sin el respaldo de los ´partidos políticos, aunque luego enfrenten los problemas del mismo Jaime Rodríguez Calderón de no contar con diputados afines en el Congreso local, ni mucho menos en el federal.

Por lo pronto, los independientes se encuentran lejanos de ser candidatos, aunque eso sí, varios de ellos han tirado por la borda las posibilidades de alianza de los partidos opositores al PRI.



CABALLO NEGRO EN SINALOA



Un competidor que avanza a pasos agigantados en busca de la nominación priista al gobierno de Sinaloa es Óscar Lara Aréchiga, quien se ubica como uno de los finalistas del partido tricolor.

Formado en el ámbito financiero (director general de Banoro) y secretario estatal de Finanzas en las administraciones de Juan Millán Lizárraga y Jesús Aguilar Padilla, Lara Aréchiga comienza a reunir el consenso de la clase política y empresarial de aquella entidad, donde en los próximos días se conocerá el nombre del prospecto que presentará el PRI en los comicios del cinco de junio.

Óscar se sumó tarde a la lista de aspirantes priistas, pero sale bien evaluado en cada uno de los sondeos realizados, incluso por encima de otros nombres como los de la senadora Diva Gastélum, el diputado federal David López y el ex diputado Heriberto Galindo.

Es cierto que se ubica por debajo de los números de Jesús Vizcarra y el senador Aarón Irízar, pero la disputa entre ambos políticos le abre la posibilidad de ser el tercero en discordia, el que aglutine a todos los sectores del partido y evite la ruptura que amenaza si es Vizcarra o Irizar el abanderado el partido tricolor.



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