Inseguridad heredada

El estilo personal de gobernar de un estado a otro, puede transmitirse por la cercanía, las necesidades sociales borran fronteras entre entidades federativas.
Sin embargo, la forma de hacer gobierno, de sustentar las disposiciones con la solidez que debe darle la práctica también puede heredarse.
Así, el estado de México ha sido una de las entidades más menos seguras para la población, con una policía represiva y corrupta como ninguna otra en la República; sin embargo, esa inestabilidad social que arroja el mal gobierno pasó, hace años del Estado de México al país en su totalidad.
Es decir, como se gobernó el estado de donde proviene el actual presidente de México se gobierna en el país entero, con sus lógicas consecuencias. Al no haber autocrítica, al no existir conciencia sobre la realidad, al no haber vocación política, suele caerse en los mismos errores y multiplicarlos a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Así, en el Estado de México, donde el secuestro prolifera, tiene actualmente el primer lugar en ese delito de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los dos primeros meses del año se reportaron 55 casos de secuestro, que incluye a 68 víctimas, ello, sin contar la cifra negra que no se reporta a las autoridades.
De acuerdo con el SNSP, las entidades donde se reportó el mayor número de secuestros son el Estado de México con 28 casos; Tamaulipas, siete; Guerrero, seis; Veracruz cinco, y Tabasco y Ciudad de México con dos casos cada uno. El resto de los secuestros se reportaron en Michoacán, Morelos, Puebla, San Luis Potosí y Tlaxcala.
De las 68 personas que fueron privadas de su libertad, el mayor número, 35, fueron secuestradas en el Estado de México; 10 en Tamaulipas; siete en Guerrero; cinco en Veracruz; cuatro en la Ciudad de México, y dos en Tabasco; en el resto de los estados se privó de la libertad a una sola persona.
Un delito se repite cuando se ve acompañado de la impunidad y si algo priva en el Estado de México desde hace más de nueve años, es la impunidad.
Así, de diciembre 2012 a febrero 2016 han ocurrido 59 mil 289 asesinatos en México, según las cifras oficiales, reveladas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Es decir en el lapso correspondiente al gobierno de Enrique Peña Nieto, quien en su campaña política prometió devolverle la paz al país.
Tan sólo en el primer año se reportaron 18 mil 432 asesinatos. Mientras que en 2013 se cometieron 18 mil 447 homicidios dolosos, es decir, un promedio de 50.53 al día. De enero a diciembre 2014, hubo 17 mil 324 asesinatos. Y de enero a diciembre 2015, hubo 18 mil 664 asesinatos.
En tanto, en enero y febrero de este 2016, se contabilizaron 3 mil 158 muertes violentas; mil 551 ocurrieron en enero y mil 607 en febrero. En promedio, este año mataron a más de 52 personas cada día.
Los estados más violentos siguen siendo el Estado de México y Guerrero. Ambas entidades concentran más del 21 por ciento del total de homicidios dolosos en el país. Es decir, 1 de cada 5 asesinatos en el país, ocurren en esos dos estados.
El puente que une al Estado de México con la violencia es el gobierno y su política contra la inseguridad. El camino que une la impunidad que impera desde hace muchos años en el Estado de México y la que corroe el país, son los hombres que han gobernado la entidad primero y el país, después.
Ante estas elecciones debemos poner mucha atención en la manera de gobernar previa de los candidatos para poder otorgar el voto a quien en realidad pueda hacer algo por los ciudadanos de este país, en el interior de la república y en la capital también.

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