Inversión mítica

La inversión extranjera se ha convertido en el gran mito de la actual Secretaría de economía. Desde que el regiomontano Ildefonso Guajardo está al frente de esta dependencia los palos de ciego se han hecho cada vez más evidente.
Pero la inversión extranjera es en realidad un mito económico que inventaron los priísta como prueba de que la economía en el país era sana y fuerte.
Mientras más enferma está una economía tiene más inversión extranjera porque la pobreza que arrojan los bajos salarios hace atractiva dicha inversión. Peor también se invierte en México porque muchas de esas empresas del extranjero pueden afectar el medio impunemente a niveles que en su propio país no pueden hacerlo.
Otro de los factores que impulsan la inversión extranjera son las facilidades fiscales que otorga el gobierno no como una manera de intercambio por los empleos que crea sino como una actitud de servilismo con el poderoso.
Los capitalistas extranjeros cargan consigo a los ejecutivos y empleados y contratan en México, el país invadido, a los obreros y otros puestos de bajo perfil. De esta manera, muchos de los trabajadores de estas empresas que se posicionan en el interior del país, dejan de trabajar la tierra por ir a ganar un salario mínimo, como meseros o mozos.
Pero sobre este mito que la actual administración pública ha convertido en un dogma de fe, surge otro creado por la gestión de Ildefonso Guajardo, quien anuncia inversión extranjera pero sin respaldo de ninguna especie en materia de infraestructura y servicios. Casos hay muchos pero ejemplificaremos el de la empresa coreana Kia, ensambladora de automóviles, que se asentaría en el municipio de Pesquería Nuevo León.
Desde luego que el logro de atraer este capital a la entidad y al país fue una fiesta estatal, donde el entonces gobernador de triste imagen, Rodrigo Medina de la Cruz, levantó el brazo de su paisano el secretario de economía, como si se tratara de un boxeador. El contrato se firmó.
Al día siguiente, los coreanos se preguntaron por la unidad habitacional que les prometieron. Les exigieron los servicios vitales que en ese municipio escasean como el agua y el suministro eléctrico, la distribuidora de gas no llega diariamente a la localidad, los centros comerciales que les habían anunciado simplemente no se sabía dónde estarían ubicados.
El gobierno del estado debió pagar hotel de cinco estrellas a varios de los ejecutivos y solicitar una prórroga mientras se energía toda la obra prometida. La molestia de los inversionistas coreanos fue tal que ahora buscan otro estado dónde asentarse.
Ahora, como novia a la que prometen matrimonio y nunca cumplen, el subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Francisco de Rosenzweig, aseveró que la participación de México en el Foro Económico Mundial de Davos fue de especial importancia para promoverlo como destino global de inversiones y además aseguró, como si hubiera firmado algún convenio, que "La participación de México en el #WEF2016 fue de especial importancia para promoverlo como destino global de inversiones".
La necesidad de difundir logros, aunque sean inexistentes, de la actual administración pública mientras el crudo baja y el dólar sube, les obliga a pasar de la esperanza a la fantasía.
Ya Ildefonso Guajardo lleva muchos cuentos en su haber y sigue sin aprender a ser veraz y concreto. Serio, en una palabra.
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