• Es Amanalco un destino que se distingue por su sistema montañoso, el arte textil otomí, el tallado en madera, la herrería y los artículos de mimbre.
Amanalco, Estado de México, .- Amanalco fue declarado Pueblo con Encanto desde el 12 de noviembre de 2008, se encuentra a 56 kilómetros de la ciudad de Toluca, por la carretera antigua a Valle de Bravo, enclavado en la sierra que nace en el Nevado de Toluca y rodeado de extensos bosques, valles y cerros.
Cuenta con profundas cañadas y barrancas bañadas con las aguas de mantos acuíferos, entre los que se cuentan aproximadamente 400 manantiales, destacan Los Mimbres, La Mulita, El Jazmín, Chupamirto, San Bartolo, Casa Blanca, San Mateo, San Lucas, Las Peñitas, Ojo de Agua, Tenextepec y Chimalpa.
Al recorrer sus bosques, los visitantes pueden apreciar la riqueza de su ecosistema ya que cuenta con pinos, abetos, oyamel, madroño, álamo, roble, laurelillo, capulincillo, pino, ocote, alíe, eucalipto, alcanfor, tepozán, tepopote, trueno, fresno, encino, cedro, sauce llorón, mimbre y cedro blanco.
Los parajes naturales de Amanalco se han convertido en áreas turísticas, tal es el caso de las zonas boscosas Corral de Piedra y Capilla Vieja, así como diversos valles en donde se puede practicar el alpinismo.
Es justo el Ejido Corral de Piedra uno de los centros ecoturísticos más importantes, en él hay una amplia oferta de cabañas para rentar y pasar unos días en familia, durante los que se pueden practicar actividades como el ciclismo de montaña y de ruta, además de disfrutar de caminatas.
Puntos importantes para el deporte y el descanso son los ranchos Feshi y San Lucas, en los que se puede practicar la pesca deportiva y disfrutar de los baños de temazcal.
Gracias al desarrollo de la piscicultura, la gastronomía en Amanalco cuenta con platillos como la trucha arcoíris preparada de muchas formas y antojitos como el atole de masa, los tamales de maíz, el champurrado, los licores de zarza, capulín, membrillo o tejocote, el pinole de maíz negro, las nieves, las galletas, las gorditas de maíz con huevo y los hongos sudados.
Entre sus monumentos históricos, este Pueblo con Encanto cuenta con el Templo de San Bartolomé, fundado a mediados del siglo XVIII, con su característico portón de madera y campanario de un sólo cuerpo y la Parroquia de su cabecera municipal en cuyo interior hay pinturas de imágenes al óleo sobre tela del siglo XVI, así como las esculturas de santos de gran valor artístico.
Conocido por sus fiestas tradicionales, Amanalco celebra, el 30 de junio, la fiesta de Corpus, así como el 30 de septiembre a San Jerónimo; en éstas, se llevan a cabo procesiones, ferias populares con música de viento, fuegos artificiales y las mojigangas.
Además, las y los visitantes pueden disfrutar de las danzas de las pastoras, los toreros, los santiagueros, la danza de los listones y la danza de los macheteros.
Importantes son las artesanías propias de este lugar, de entre las que destacan los tejidos otomís en tela, como servilletas y el traje típico otomí con labrados en punto de cruz, los tejidos de gancho y agujas, los tallados de madera, las cucharas, la herrería forjada, la mimbrería, los tapetes florales y las portadas de las iglesias.