Turismo de concepto, es posible
Jacko Badillo
Los resultados obtenidos en la temporada vacacional decembrina que ya está prácticamente por concluir, nos demuestran que la actividad turística sigue siendo en Guerrero y particularmente en Acapulco la panacea en la que descansa la economía estatal, razón suficiente para no descuidar este sector, sino al contrario, buscar fortalecerlo en aras de hacerlo más atractivo a nuestros visitantes.
Nuestro puerto lució nuevamente atiborrado en sus playas y demás centros de diversión y esparcimiento por turistas de diferentes latitudes que siguen prefiriendo este destino para vacacionar, con todo y que la oferta sigue siendo prácticamente la misma que en la época dorada; lo que ha cambiado, hay que reconocerlo, es el poder adquisitivo de la gente que nos visita, y que cada vez más prefiere los centros comerciales y el hospedaje más económico para su estancia.
Sin menospreciar a los miles de visitantes que escogieron a Acapulco para disfrutar sus días de asueto, soy un convencido de que es posible elevar la calidad -hablando en términos estrictamente económicos- del turismo, si somos capaces de diversificar nuestra oferta más allá de sol, arena, mar, restaurantes, discotecas y bares.
Creo que es tiempo de apostarle al turismo de concepto, buscar ese segmento de población con gran capacidad económica que incremente de manera significativa la derrama, incluso en épocas que no son las tradicionales temporadas de diciembre, Semana Santa o Verano.
Por citar unos ejemplos, el turismo de salud, para aquellas personas que por prescripción médica tienen que buscar los lugares cálidos, como el inmejorable clima que ofrece Acapulco; o el turismo deportivo, con la organización de eventos de talla internacional ya sea de pesca deportiva, velerismo, triatlones, ciclismo, incluso deportes populares como el fútbol soccer o de playa, entre otros.
Se trata de atraer a paseantes que tengan capacidad económica alta y que vengan decididos a gastar, buscando obviamente que su estancia sea lo más placentera posible para que no solamente queden convidados a regresar, sino ellos mismos sean los promotores que atraigan a más turistas de sus lugares de origen.
Es posible lograrlo, sin duda. Mientras tanto... ¡Jálalo que es pargo!