¿La tierra es primero?

Dicen los que saben que sin maíz no hay país.
Hace años que México no es autosuficiente en esa área.
Datos registrados en mi bitácora política y social, establecen que el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024 en cuanto a política agroalimentaria, será un fracaso en México y por ende, habrá ciertos conflictos que deberán tener una atención adecuada, porque un pueblo con hambre, es peligroso.
La promesa de que seríamos autosuficientes en alimentos, fue una mentira más.
No quiero culpar a nadie, pero en el estado de Guerrero, hasta la distribución del fertilizante, ha tenido sus bemoles y corruptelas.
No sé si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tenga en cuenta lo anterior, pero la pandemia ha oscurecido otras problemáticas, que no por no ser mencionadas, hay quien pudiera entender que no existen.
Los datos, que tengo es que cada vez se compran más toneladas de maíz, para abastecer el mercado interno. Y no quiero hablar de otros insumos básicos, que no se tienen y que debemos traer del extranjero, para cumplir la demanda nacional.
La falta de presupuesto para invertir en el campo, el castigo a Ramírez Cuellar, por descubrirse que fue novio de la señora Beatríz Gutiérrez Müller o un alejamiento de los propósitos de una política que permita comer mejor a la sociedad, puede ser la causa, o que hay otras prioridades.
Preveo una crisis del fertilizante a nivel mundial, luego de que China ha cerrado su mercado, para cumplir sus propias metas y en otros países, empieza a encarecer el producto o cerrar sus plantas, para optar por otros procedimientos, menos agresivos.
Hará un mes que entrevisté a los Doctores en Agronomía Gerardo Noriega Altamirano y Pedro Ponce Javana egresados de Chapingo e investigadores del mismo centro educativo, quienes participaron en los foros que con motivo de la preparación del Plan Estatal de Desarrollo, que realizan los equipos de la Gobernadora electa, Evelyn Cecia Salgado Pineda.
Los susodichos, establecen que es necesario reconvertir el campo, realizar una reingeniería de recuperación y promover el uso de fertilizantes orgánicos que no sólo promuevan más producciones, sino también buscar descontaminar y recuperar la tierra utilizando procedimientos naturales.
Los Doctores en agronomía, que estuvieron en Guerrero a invitación del ingeniero guerrerense y agrónomo Rodrigo Ariel Cortés Vivar, quien a pregunta expresa, asegura que si es posible hacer el proyecto de los investigadores de Chapingo, realizando una estrategia de cambio del paradigma en la forma de sembrar con fertilizante químico, que ha generado en muchos casos desgaste y en casos extremos, que la tierra deje de ser útil, para los campesinos.
Rodrigo Ariel Cortés Vivar, comentó que la técnica que se discutió en el foro agroalimentario de Acapulco, ya se está probando en Iguala y en otras partes del país y ha mostrado elementos rescatables y satisfactorios.
El agrónomo establece que la historia del campo de Guerrero, ha sido el abandono y la falta de prácticas solidarias con el campesino, de ahí la salida del campesino guerrerense, quien ante el abandono y falta de oportunidades de desarrollo, abandonan su parcela y se van a trabajar las de otros o a los Estados Unidos.
Por esa situación el equipo de investigadores que acompaña a Cortés Vivar, sugiere que haya un crecimiento en el presupuesto para el campo guerrerense y se puedan instalar las áreas para la producción de fertilizantes orgánicos y técnicas de recuperación de suelos en todas las regiones del estado, para cambiar el escenario trágico del campo.
’A final de cuentas, es mejor invertir en la producción de fertilizante orgánico, con un costo menor, pero con mejores resultados a la larga en el estado.’, comentó el agrónomo.
Aseguró Rodrigo Ariel Cortés Vivar que es necesario que la Secretaría de Ganadería y Desarrollo Rural en Guerrero (Sagadergro) cuente con el apoyo financiero necesario, para las tareas que demanda el campo y los campesinos del estado de Guerrero.
’Es tiempo de recuperar la tierra, de promover los cambios necesarios en la actitud de los campesinos, motivarlos al uso de fertilizantes orgánicos, incentivarlos a seguir sembrando variedades nativas de maíz y que tengan la asesoría técnica, agrícola y científica, para que no se pierda la tradición de tener siembras variadas, mejores y ricas en nutrientes, para una mejor alimentación del pueblo guerrerense.’