La pandemia provoca miedo o pánico


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La pandemia provoca miedo o pánico
Periodismo
Mayo 20, 2020 21:34 hrs.
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Por: Marco Polo Aguilar Villanueva › guerrerohabla.com

De no tomar en serio la amenaza del Coronavirus (COVID-19), las consecuencias sanitarias, sociales y económicas, serán incalculables. Es por eso que se hace necesaria lograr una participación activa de la sociedad en la preparación e implementación de las medidas de control de la pandemia por la que atravesamos.

Este escepticismo, ha tenido un alto porcentaje de letalidad en las principales pandemias que a lo largo de la historia ha vivido el mundo. Durante la Edad Media, en el Siglo XIV, la llamada Peste Negra se convirtió en azote de la humanidad, arrasando con un tercio de la población de Europa y se repitió en oleadas sucesivas hasta el año 1490, matando finalmente a más de 100 millones de personas.

En el Siglo XX, en el año 1918, la humanidad se vio afectada por otra pandemia que fue simultánea en varios países; se trató de la llamada Gripe Española que mató entre 20 y 40 millones de personas.

En este milenio, hace once años, en 2009, la pandemia de la Influenza AH1N1 cobró la vida de casi 600 mil personas a nivel global. Cabe destacar que la acción encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los gobiernos del mundo, logró limitar el número de fallecimientos aplicando acciones globales como la restricción de las personas para acudir a sitios concurridos y tener actividades grupales multitudinarias, entre otras.

Al iniciar el segundo tercio de éste 2020, otra pandemia amenaza la vida de la población mundial; se trata de una cepa emergente del Coronavirus que ha costado, hasta el momento, la vida a más de 350 mil personas en el mundo.

La mayoría de los países, han restringido la circulación de personas por las principales calles de sus ciudades mediante un aislamiento temporal en sus hogares y los cuerpos de salud de las naciones lideradas por la OMS, hacen frente a la pandemia, procurando reducir, en lo posible, el número de decesos.
Sin embargo, las personas sometidas a un arraigo, si no obligado, si necesario en sus hogares, es común que enfrenten angustia, ansiedad, miedo y estrés, que en la mayoría de las ocasiones no se puede controlar, al menos de ser muy resilientes y tener la capacidad de adaptarnos en forma positiva a situaciones adversas.

Estudios realizados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la Protección de la Salud Mental en Situaciones de Epidemias o Pandemias en diferentes poblaciones sometidas a una amenaza que genera miedo o terror, han identificado que más del 80% de las personas, en circunstancias de cercanía evidente al peligro, expresan manifestaciones sintomáticas de miedo o pánico.

La ocurrencia de gran cantidad de enfermos y muertes y las vastas pérdidas económicas en el contexto de una epidemia o pandemia, dice el estudio, genera un riesgo psicosocial elevado. Una aproximación racional en la atención en salud mental implica el reconocimiento de las diferencias de vulnerabilidad de los distintos grupos poblacionales, en especial las relacionadas con el género, la edad, y el nivel socioeconómico.

Existen también riesgos de origen ocupacional, tal como los propios miembros de los equipos de respuesta que trabajan en la emergencia, agrega el ensayo, aunque destaca que los grupos más vulnerables son los que tienen mayores dificultades para reconstruir sus medios de subsistencia y apoyo social después de la catástrofe.

Ante este panorama, llama la atención que el Director General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Luis Antonio Ramírez Pineda ha sido muy receptivo al tema y pidió a especialistas en salud mental implementar una estrategia de orientación a la comunidad y al mismo personal médico para evitar daños en su estado emocional.

De inicio, la psiquiatra Xóchitl Duque Alarcón, adscrita a la Dirección Normativa de Salud del ISSSTE, explicó que para conservar una buena salud mental en estos momentos de confinamiento, lo recomendable es hablar de la situación de la pandemia en familia, explicarles la forma de transmisión del COVID-19, los beneficios de la ’sana distancia’ y las acciones preventivas de higiene.

La activación física en casa, añadió, es primordial para reducir el nivel de tensión, por lo que es positivo hacer ejercicio y desempeñar labores domésticas compartidas en familia. Los virus, las bacterias y otros microorganismos emergentes seguirán haciendo sentir su presencia generando enfermedades, por lo que es buenos que el organismo esté en buenas condiciones físicas y mentales.

En el Centro Médico Nacional (CMN) 20 de Noviembre del ISSSTE, dirigido por el doctor Alfredo Merino Raime, incorporaron al Programa Institucional COVID-19 de Apoyo Psicológico a Pacientes, el uso de dos mini robots, bautizados ya con los nombres de ’Robotina Covidia’ y ’Davinchito Robotinio’, que son una alternativa con menor riesgo de contagio para el personal y permite brindar una atención cálida y lúdica a los derechohabientes.

La doctora Lucia Ledesma Torres, especialista en neuropsicología y coordinadora del evento, reveló que se trata de un innovador programa piloto de tipo robótico aplicado en la atención de salud mental y primero en Latinoamérica, que forma parte de un conjunto de estrategias propuestas por especialistas del ISSSTE para atender los retos de salud mental derivados de la pandemia y disminuir el daño psicológico del confinamiento dentro del hospital.

El Director General del ISSSTE, preocupado también por la comunidad médica del instituto, pidió a la misma especialista en neuropsicología, diseñar un programa para abatir y prevenir el estrés laboral que afecta al personal médico y de enfermería encargado de atender pacientes con COVID-19.
El equipo de profesionales en salud mental del CMN 20 de Noviembre, implementó una terapia de acompañamiento canino con el fin de relajar y mejorar el estado de ánimo de la comunidad médica con Harley, un perrito de tres años de edad de la raza Pug y que su trabajo consiste en dejarse cargar acariciar y mimar por enfermeras, camilleros, paramédicos y médicos que así lo decidan.

Ledesma Torres, también responsable de la terapia canina, señaló que derivado del exceso de trabajo y del miedo al contagio del coronavirus desde la fase uno a la fase tres de la pandemia en México, se han ido incrementando las consultas de trabajadoras y trabajadores de la salud por agotamiento psicológico, trastornos del sueño, ansiedad y síntomas de desgaste físico y laboral, conocido como Burnout.

Programas que colocan al ISSSTE a la vanguardia en salud mental, en estos tiempos aciagos por los que atraviesa nuestro país en el combate a la pandemia del COVID-19.

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