La plaga de chapulines políticos

El calendario político electoral en el país dio inicio formalmente hace unos días. En los hechos, hay quienes han soñado toda su vida esperando el momento para decir ¡quiero!, ¡Voy, porque lo merezco! O bien alguna otra expresión que lleve el mensaje de quien pretende a aspirar a algún espacio de representación popular, también a nivel nacional.
Y bueno, en Guerrero también se cuecen habas. También se tiene la corrosiva plaga no solamente de los soñadores eternos, sino de los famosos chapulines políticos. Aquellos de van como las mariposas pero no de flor en flor, sino de puesto en puesto, Y vaya que abundan, por ello la ciudadanía les ha llamado con justa razón que son una plaga de chapulines políticos ramplones.
Las características de quienes se hacen llamar aspirantes hacen hasta lo imposible para intentar llamar la atención de quienes en determinado momento serán quienes decidan en las urnas a quien quieren para que los gobierne. Hay que subrayar que no siempre son los mejores elementos para desempeñar las actividades de un representante popular en los diferentes niveles de la escala que van desde un simple regidor hasta un senador y presidente de la república.
Una verdadera lástima de quienes hacen el oso queriendo llegar a un espacio en el que solamente pretenden para hacer nada y llenarse los bolsillos de dinero ajeno. Es decir, de los impuestos que los contribuyentes como usted y yo aportamos a través de diferentes modalidades y conceptos. Al final de cuentas son impuestos.
A eso se traduce tanta alharaca quienes pagan porque algunos medios de comunicación hablen maravillas, aspectos que vale la pena decir, ni ellos se lo creen. Algunos dirán: ¡pero pues eso siempre pasa, de que nos quejamos!… Pero no, pasa porque aún no tenemos la cultura de observar, analizar, cuestionar y decidir por la mejor opción. Aunque de antemano se sabe, solo es un montón de pretendientes sin las características suficientes de competencia, conocimiento, experiencia probada, ni honestidad al manejar gobiernos en sus tres niveles.
Por un lado vemos con tristeza que quienes pudieran participar de manera decidida, honesta y comprometida realmente con ideales probos, no les interesa y por ello, se les deja el paso libre a los malandrines de siempre. A aquellos que no tienen la menor idea ni conocimiento de lo que implica llegar y gobernar.
Por el otro lado, vemos a los que saltan y saltan de puesto en puesto, y no precisamente por su brillante capacidad y extraordinarios resultados, ¡no! simplemente porque han hecho de todo eso, su manera de vivir sin hacer nada productivo, parasitando, viviendo del erario público porque la ciudadanía así lo permite, entre otras cosas, con su indiferencia hacia los asuntos públicos torales.
Al recordar lo patético que se ven quienes intentan seguir viviendo de lo ajeno de manera formal y oficial, me recuerda a un narrador, ensayista portugués y autor de varios libros: José Saramago (1922-2010), además de Premio Nobel de Literatura en 1998 Que bien pudiera ser un antídoto para contrarrestar el oportunismo lacerante de tanta y tanta gente que lo único que le interesa es lucrar con la ignorancia, la pobreza y miseria de millones de gente que pulula y recorre lugares que solo impera la pobreza, la corrupción y miseria.
Les recomiendo uno de sus extraordinarios y fabulosos libros. ’Ensayo sobre la lucidez’, publicado en el 2004.
Mientras tanto…¡¡ Que tenga usted, un excelente fin de semana!!