Al día
Marcial Campuzano
A unos días de que se concreten cambios en el gabinete estatal con la llamada sacudida que anunció el gobernador Héctor Astudillo, el secretario de la Contraloría, Mario Ramos del Carmen asomó la cabeza, y por fin dio a conocer versiones a medidas del trabajo que realiza en torno al desorden financiero y las presuntas irregularidades en el manejo presupuestal que heredaron los gobierno que encabezaron los ex gobernadores Angel Aguirre y Rogelio Ortega.
Aquí lo grave del caso es que a un año de haber iniciado la actual administración estatal, la Secretaría de la Contraloría no ha iniciado un solo procedimiento jurídico-penal en contra de quienes presuntamente saquearon al estado de Guerrero, y sólo se ha limitado a iniciar procedimientos administrativos que con seguridad terminarán en amonestaciones públicas y privadas y en inhabilitaciones, como históricamente ha ocurrido, pero eso en nada ayudará a resarcir los daños.
Desde que inició el actual gobierno del estado, han sido muchos pero muchos los señalamientos que han hecho los titulares de las dependencias, sobre presuntas anomalías financieras en el uso de los presupuestos asignados y nada ha ocurrido que hubo en los dos últimos gobiernos estatales.
Con su inmovilismo el secretario de la Contraloría quien pertenece a las filas del Partido Movimiento Ciudadano, se ha convertido en un funcionario gris que ha dejado mucho qué desear, y que evidentemente en nada ha colaborado para que se aclaren los desfalcos, los desvíos de recursos públicos, la presunta desaparición de dinero, y el uso arbitrario y corrupto de recursos públicos como fue detectado en el programa crediticio llamado FAMPEGRO, en donde quienes manejaron el dinero habrían tirado varios millones de pesos de los que se desconoce su destino y uso, y la Contraloría nada ha dicho al respecto.
Por su actuación opaca y hasta incompetente, Mario Ramos podría estar en la lista de funcionarios de primer nivel que serán relevados del cargo en noviembre próximo, y otros servidores públicos de igual rango que están en la misma dinámica de trabajo con seguridad correrán la misma suerte.
Otros ya se fueron solos, como Daniel Pano Cruz, ahora ex secretario ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, quien a falta de institucionalidad, compromiso y amor por Guerrero tiró la toalla y se fue a la Secretaría de Gobernación con René Juárez Cisneros, porque allá con seguridad tendrá un mejor sueldo, un mejor nivel, y no se codeará aquí con policías rasos a quienes sometió a exámenes de control y confianza.
No falta mucho para que se sepa cómo quedará el gabinete al concluir el primer año de ejercicio constitucional de la administración pública estatal, pero hay quienes dicen que muchos de los que están no han hecho su tarea; otros la han hecho a medias, y otros de plano no han hecho nada y se la han llevado de a muertito como coloquialmente se dice.
No hace mucho el gobernador Héctor Astudillo Flores anunció que habrá una sacudida en el gabinete del gobierno del estado. Dicen los que saben que cuando un árbol es cuidadosamente podado, al paso del poco tiempo resurge frondoso, y si es frutal multiplica sus frutos. Lo mismo podría ocurrir en el gobierno del estado con personal fresco con ganas de trabajar y de hacer algo por Guerrero, y no hacerse ricos dentro de la función pública.
