"Las máscaras"


Una mirada hacia mi interior

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Cultura
Septiembre 30, 2014 23:12 hrs.
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M. en A. María Esther Zavala Ramírez * › diarioalmomento.com

Hola. Mis queridísimos seres de luz:
Resulta que el aprendizaje mostrado por los compañeros y por mi equipo en el diplomado, ha tenido gran impacto en cada uno de nosotros.
Curiosamente, todos elegimos representación acompañada al final por una explicación de los contenidos aprendidos; algunos señalados en mis escritos anteriores. Los principales, consistieron en dramatizar una escena no grata y señalar cómo, desde nuestro pensamiento, generamos una serie de acciones que nos hacen sentir mal y, por ende, generar un "caos", donde no tendría por qué existir.
Tenemos que generar esos pensamientos que nos permitan sentirnos en "bien-estar", lo cual todavía para mí no es tarea fácil, a pesar de todas las herramientas que conozco y he llevado a la práctica, guiada por mis maestros; en el primer módulo encabezado por Lilia Matilde Arrevillaga López, uno de los seres de luz que me acompañan. Sin duda, no dejo de crecer en el camino que me he trazado, recordando, practicando y sobre todo transmitiendo lo aprendido.

NUEVA MARAVILLA

“Una mirada a mi interior” es el tema del segundo módulo del diplomado de "Inteligencia Emocional" que imparte la doctora Abigail Violeta Arrevillaga López, en el C.E.C., Unidad Allende, orientado a la interiorización y al uso de las herramientas emocionales- espirituales; un grado de mayor conciencia para resignificar y mejorar nuestra calidad de vida.
Al igual que en el primer módulo, de inmediato se “puso manos a la obra”: se nos pidió llevar una fotografía de frente y de perfil; ambas de cuerpo entero.
De inmediato, la doctora hizo un análisis de las posturas que cada tenía en las fotografías que le mostramos. En cada uno se visualizaba parte de nuestro ser interior. Por ejemplo, yo no me había percatado de que tenía un hombro ligeramente caído. Era notoria la rigidez en mis piernas, una muestra de la rigidez hacia mí misma y los seres queridos con los que convivo en mi vida cotidiana, porque lo creo correcto. Sin embargo, creo que debo ser más flexible en algunas cosa, más de lo que creo.
Iniciamos un ejercicio de meditación. Nos guiaba una voz cálida y amable. Ahí, en ese momento, reafirmé el ser de luz que soy. Soy única y no estoy al azar transitando como zombie en este mundo. Mi infancia es parte del destino y debo trabajar mucho en el perdón… Me doy cuenta que nunca es suficiente trabajar con lo que realmente nos apasiona.
Otro ejercicio que realizamos y que me dejó exhausta, fue bailar al compás de la música y la imagen de un bailarín en un video, interpretando "El Bolero de Ravel”, obra creada por el compositor francés Maurice Ravel en 1928, según nos informa la doctora Arrevillaga López. Nos explica que así es el transitar en nuestra vida; al compás de movimientos a veces cadenciosos, rígidos, cansados, exaltados, con fuerza, coraje y otras veces en completa calma. Llegó un momento que todo fluyó en nuestro cuerpo, vigorosa y armónicamente con todo. Supongo que eso es lo que debemos lograr y asimilar. Sin duda, un trabajo agotador, bailando y sintiendo ese placer en poco más de diez minutos; me imagino el trabajo de toda una vida y tratar que mi ser también lo asimile... uffff, uffff y recontra ¡ufff! (como dice un comentarista de fútbol).
Y como dice mi papá -en su lenguaje coloquial-, igual que el mío: “¡Estoy futux necesito cuajarme!” (Traducción: estoy exhausto necesito dormir).
La doctora Arrevillaga, nos mostró a través de diapositivas, “la visualización de los tres seres”: del amor, el poder y la serenidad. Debo suponer que por los nombres están bien ante la pregunta: ¿Cuál es el problema?
Veamos, en la vida son máscaras que creamos como una reacción al dolor y al rechazo. Por lo tanto, éstas están diseñadas por nosotros mismos para tratar de agradar, defendernos o controlar a otros. Todos hemos sido marcados en nuestra infancia por circunstancias que no podíamos manejar. Esto nos ha llevado, con los años, a tratar de protegernos para no ser más lastimados y vivir de acuerdo a nuestra imagen idealizada; igual errónea, distanciada de coincidir con nuestro ser interior y superior.
En mi opinión, seguramente tengo y quiero llegar a mí ser auténtico, aunque no sea del agrado de la mayoría de muchos ni de los seres más importantes para mí, los más queridos. Aceptarme tal cual soy. Como un ser de luz viviendo una experiencia material. También, debemos comprender y aceptar a nuestros pares, que es lo que en el trayecto de los módulos trataremos de asimilar.
A continuación, describo a estos seres donde me proyecto. Uno predominará más que otro para cada ser que lea lo siguiente:
"La máscara del amor": es cuando nos mostramos afectuosos, compasivos, con el fin de agradar a los demás, controlando y comprando amor.
"La máscara del poder": da una apariencia de ser independiente, agresivo, competente y dominante, controlando desde lo importante que nos visualizamos.
"La máscara de la serenidad": Aparentar ser sereno y desapegado, manifestándose como falta de compromiso y desapego, incluso en lo espiritual, es como un ser que dice a otros: “tranquilo, no pasa nada”.
Finalmente nos movemos entre una máscara y otra y otras que tal vez no nos hemos dado la oportunidad de reconocerlas. Yo colocaría otras máscaras más, dependiendo de mis circunstancias. Sin embargo, una sola es la dominante. Al visualizarlas e identificarlas me tengo que identificar con alguna, para poder trabajar conmigo, en la búsqueda de ser una mejor persona en esta experiencia material y recordar el ser maravilloso que siempre he sido…(Continuará)
* M. en A. María Esther Zavala Ramírez
Docente de ESIME Azcapotzalco IPN y la
Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl.
Correo: estherzare@gmail.com

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