Lectura Política
Noé Mondragón Norato
Fue una maniobra sorpresiva. Pero viniendo de un partido como el PRI, que acusa enorme descomposición, opacidad en el manejo de los dineros públicos y ausencia de resultados por parte de la mayoría de sus gobernantes, todo puede esperarse. Incluso, una aberración: que el alcalde con licencia de la capital, Marco Antonio Leyva Mena, se saltara todos los protocolos políticos y reglamentaciones jurídicas. E irrumpiera en palacio municipal y osara sentarse en la silla del alcalde suplente, Jesús Tejeda Vargas. De ahí se lee lo demás.
LEYVA MENA: ENVIADO DEL PODER.- Hay cuando menos cuatro lecturas del abrupto y sorpresivo retorno a la escena pública, de Leyva Mena: 1.- Alguien lo movió. No puede entenderse, desde la perspectiva de los reacomodos y la dinámica del poder, que un personaje tome decisiones de esa naturaleza y por su propia cuenta. La coyuntura fue explotada puntual. Trasciende incluso, que detrás de esa jugada podrían estar dos actores: el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribreña. O el ex alcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños. El primero, porque ha recibido un trato político frío y distante por parte del gobernador Héctor Astudillo, tras su destape como el candidato de Peña Nieto. El segundo, porque estaría ejerciendo presiones ante su visible alejamiento de la candidatura tricolor al Senado de la república. 2.- El punto sin embargo, es que el edil con licencia de Chilpancingo, le faltó el respeto a tres instancias políticas y legales: el Congreso del Estado; la propia investidura del alcalde suplente y al mandatario estatal, Héctor Astudillo Flores, quien fue el encargado de operar políticamente, su salida de la alcaldía. Durante la sesión de este martes, los diputados locales de la 61 legislatura habrán de discutir el tema en dos pistas: o ceden a la petición de Leyva Mena, para reincorporarse como alcalde. O lo sancionan severamente al punto de empujar un juicio político en su contra, que lo sitúe incluso, en la antesala de la prisión. 3.- Si el Congreso local aprueba el regreso de Leyva Mena como alcalde, entonces el gobernador Astudillo, acusará aguda debilidad política. La cual sumada a los escenarios de desastre en materia de seguridad, así como a la nula obra pública, podrían representar otro fuerte aviso sobre su propia permanencia en el gobierno estatal tricolor. Más si se confirma la especie, en el sentido de que el candidato presidencial José Antonio Meade, estaría respaldando los ex abruptos del edil tricolor con licencia. 4.- El retorno de Leyva Mena, ocurre en un contexto político perturbador. Es decir, justo cuando los nombres de los aspirantes priístas al Senado y a las diputaciones federales y alcaldías, están por definirse. Con ello, resulta evidente que se está tratando de generarle un conflicto político al gobernador Astudillo, en el cual podría estar involucrado uno de sus aliados políticos: Manuel Añorve. Nada más falta que el diputado local tricolor, Saúl Beltrán Orozco, demande también la conclusión de su licencia. Y se integre de lleno a sus labores como legislador. Al final de todo este embrollo, aparece la realidad contundente: ni Leyva Mena ni Jesús Tejeda, pueden con la problemática urbana capitalina. Es un referente para que el PRI, no retenga la alcaldía. Ni aun con el mejor cuadro político enviado a la competencia electoral de julio próximo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El síndico priísta de Chilpancingo, Miguel Ángel Hernández Gómez, fue exhibido en una fotografía que circula en redes sociales, sentado y a un costado de un presunto delincuente. El síndico de marras, es cuadro político del rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán. ¿Apoyará este último a Hernández Gómez? ¿O de plano, operará su deslinde? Saldaña Almazán, se encuentra en todo un predicamento.
