Cuando un cachorro de perro te llega a lamer la cara, a partir de ese momento, te ha robado el corazón para siempre.
Existen cuatro formas para adquirir un perro:
Comprado,
Regalado
Recogido de la calle o de un asilo,
Aparecido en la puerta de nuestra casa.
Cuando es comprado o regalado, existe la posibilidad de escogerlo, en ambas va pasando de mano en mano entre los miembros emocionados de la familia, observándolo y viendo sus características y sexo; el perro, con una mirada tierna y ladina está escogiendo al miembro de la familia con quien puede hacer química y mua mua, viene el lengüetazo en la cara, es entonces cuando el nuevo amo dice que ese es el cachorro que buscan, aunque no se parezca en nada al ideal que pretendían.
Es el momento cuando el perrillo toma su primer gran decisión con su nueva familia, lograr que lo escojan y se lo lleven a su nuevo hogar, donde ira imponiendo paulatina y sigilosamente su ley.
Siempre se va a mostrar: alegre, sumiso y obediente porque es su actitud (política) para ser consentido y conseguir siempre un lugar preponderante entre los humanos de la familia.
Estando solo no siempre duerme, tampoco está permanentemente cuidando la casa, aprovecha para pensar, perrunamente, en lo que quiere cuando regrese su sirviente, el que recibió los lengüetazos, a quien le hace creer que es su amo favorito.
Cuando un perro, por lo regular ya no cachorro, lo encuentran perdido en las calles y optan por recogerlo, la relación es diferente, hay agradecimiento a lo canino y siempre terminan los perros imponiendo sutilmente sus gustos y preferencias, cuidan a un nuevo amo engañado y sus bienes a muerte.
En el caso de un perro “solovino” que ronda nuestra puerta y se acerca cuando nos ve salir o entrar y nos demuestra alegría y ganas de ser atendido, principalmente con comida, la situación es variada, porque no siempre se animan a pasar dentro de la casa, aceptan la comida que se les pone en la banqueta y se van, sabedor que la libertad y las calles son suyas y regresan, a mostrar amistad y ganas de comer todos los días, casi a la misma hora, tan puntuales como si fueran perros ingleses; si hay necesidad en algunos momentos difíciles, nos defienden, haciéndonos creer sin tener una relación permanente, que somos sus amos, error, hay que entender el pragmatismo de los perros, el cual es diferente entre machos y hembras.
Nosotros hemos tenido cuatro perros, hembras de labrador que son nuestros favoritos: Lol, una miel, estrellita, su hija una perra negra de gran estatura, casi como su padre, un labrador chocolate acanelado, hijo de campeones nacionales; actualmente tenemos a ambar, brava y cuidadora de su casa y amos, es una chocolate nacida en estados unidos y la chiquita gory, una labrador mestiza de color negro, muy cariñosa.
De seguro los perros sueñan intensamente cuando duermen, ya que así lo demuestran sus movimientos exagerados de patas, cola y orejas, enmarcado de gemidos y ladridos ahogados, sueñan con los humanos que están en su alrededor, viéndolos correr y saltar, dirigiendo nuestra mascota su manada de personas-peor es nada-, premiando sonriente, con lenguetazos en la cara a su amo-engañado-favorito.
Chin, porqué no tengo más perros? ...
