Los huaracheros de Huajuapan, un oficio por reivindicar


Texto tomado de Pueblos de la Mixteca. El huarache tenía la ventaja de que la suela era natural, no como ahora...

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Los huaracheros de Huajuapan, un oficio por reivindicar

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Marzo 24, 2018 10:42 hrs.
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Dice Vicente Osorio que heredó el nombre y el oficio de su papá, quien se retiró hace poco, igual que su tío Miguel. Dice que todavía vive don Nemorio Trujillo y quizá haya más, pero Vicente supone: ’El día que yo deje de trabajar, esto se acabó’.

Luego agrega: ’Tengo un hijo, pero no me gustaría que se dedicara a huarachero. Se corren muchos riesgos con los químicos que se usan para curtir. Además es un trabajo muy cansado y ya son muy pocos los usuarios del huarache’.

Pueblos aledaños, como Chila de las Flores, Puebla, tienen entre diez y doce huaracheros, pero es otro tipo. Al parecer ellos compran todo, en cambio Vicente curte y fabrica.

Este artesano que conocimos en 1972 y que actualmente vive en la calle de Vázquez, cerca del río, en el barrio de San José, nos cuenta que en los setentas todavía su papá y su tío, Miguel, curtían los cueros en el río. Posteriormente tuvieron que acondicionar sus talleres para hacer estas labores en casa y evitar la contaminación.

’Tengo hormas que compró mi abuelo, otras mi papá y después yo’. Y nos muestra unas que son de corazón de mezquite. ’Las conservo como una reliquia. Son cosa buena’.

Vicente refiere que antes de los ochenta vendían entre 120 y 140 pares a la semana. En la actualidad sólo 50 o 60. Lo que vino a acabar con el huarache fue la emigración, que inició en los ochentas. ’Los paisanos regresaban cada año de Estados Unidos y le traían zapatos americanos a la familia. En la actualidad sólo entregamos unos cuantos huaraches en la calle Cuauhtémoc, Tlaxiaco, Nochixtlán y Ayuquililla, pero antes teníamos que mandar a Pinotepa, Putla y otros Pueblos de la Mixteca.’

Antes hacían cuatro tipos de huarache. El de dos hebillas, de tres, el de tres vueltas y el de pajuela, que es el más antiguo, pero ya poco se usa. El huarache tenía la ventaja de que la suela era natural, no como ahora se está usando calzado sintético que provoca enfermedades en los pies.

Mucha gente de los pueblos venía a comprar sus huaraches.El día de la fiesta patronal todos estrenaban un par y una ’muda’ de ropa. Pero con la llegada de la televisión se empezaron a ver los modelos idealizados. La discriminación se hizo más fuerte. ’Como te ven te tratan’.

Traer huaraches era sinónimo de que eras un indio, una persona de clase baja y sin educación. Por tanto había que cambiar la imagen al menos. En la actualidad hay personas, profesionistas sobre todo, que visten ropa típica y les gusta usar huaraches, sobre todo a las mujeres.

Entre sus anécdotas cuenta que hace como 25 años vino a su taller una señora muy bien arreglada, acompañada de un muchacho, y le pidió que le hiciera un par de huaraches, pero con carácter de urgente. Le tomó la medida (era el número 23) y se puso a trabajar. Cuando ya se despedía, ella le dijo que si no pensaba ir al jaripeo. Vicente hasta le mostró el boleto. Fue en ese momento cuando le reveló que era María Elena Velasco, La India María, quien iba a presentarse en la Plaza La Carmelita de los hermanos Crespo. Es probable, dice, que esos huaraches son los que haya utilizado en las divertidas películas que hizo, como La Señora Presidenta (ahora que están de moda) con el gran ’Resortes’.

Al taller ha llegado uno que otro extranjero, como hace poco que llegaron unos alemanes. Eran dos muchachos y una mujer. Ella calzaba del 28 y los muchachos del 30 y 32. ’Pero para mí no hay imposibles; con el cuchillo se hace lo que sea’, agrega ufano.

En la actualidad hace los huaraches que se usan para el Concurso del Jarabe Mixteco, así como los de la Delegación que participa en la Guelaguetza de los Lunes del Cerro. ’Antes ese trabajito lo hacía mi tío Miguel, pero ya no trabaja. Ahora los hago yo. Tengo todas las parejas apuntadas’. Revisando su lista se acuerda que también hace los huaraches de la Delegación de Tlaxiaco.

Ataviado con un delantal de cuero y tranchete en la mano, Vicente sigue cortando las suelas. Dice que al perderse la huarachería se pierde la tradición y Huajuapan era famoso por eso.

Su anhelo es que en Huajuapan no se acaben los oficios, como era antes, cuando había panaderos, carpinteros, herreros y cientos de oficios que distinguían a Huajuapan, pero esa pasión será un anhelo absurdo de Vicente, a menos que la gente del Huajuapan decida, con toda intención, volver a usar huaraches y reanimar ese sector de la economía local.

Un evento poco probable porque la ilusión de la sociedad huajuapeña está en usar Adidas, Vans, Au Petit, Nike, etc., zapatos de empresas alemanas, francesas y norteamericanas. Sin embargo, el pueblo tiene el poder, es decir, la última palabra.

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