Las nominaciones al Oscar 2020 han traído una estela de controversia que no es gratuita: ¿muy blanco, muy occidental, muy poco diverso? De algún modo, lo mejor del mundo del cine — ese gran reflejo de la cultura contemporánea — es también, un indicativo de lo que está ocurriendo en las redes sociales y más allá del mundo virtual. ¿Se está haciendo nuestra sociedad más conservadora de lo que suponemos, a pesar de los considerables progresos sobre el tema que han ocurrido en las últimas décadas? ¿Se trata de una reacción nociva al auge nociva a la inclusión y a la representatividad que marcó las últimas décadas?
No se trata de un tema sencillo, aunque pareciera ser trivial: de nuevo, se acusa a los Oscar de ser ’muy blancos’, lo que de hecho se traduce como algo más concreto. La mayoría de las nominaciones de este año recayeron películas que aunque en apariencia controversiales o novedosas solo repiten un esquema de lo que la Academia suele preferir, lo que supone un mensaje que podría interpretarse de varias maneras dentro de lo que los premios representan en la cultura popular.
Después de todo, el cine es una gran caja de resonancia sobre los cambios sociales y culturales de la época que pretende reflejar, por lo que es inevitable cuestionarse si el hecho de escoger películas, directores y obras que apuntan hacia un cierto aire conservador, tiene un mensaje claro. ¿Se trata de un fenómeno inevitable?