Postigo
José García Sánchez
Apenas se escuchó el silbatazo de la conclusión del partido de futbol donde el equipo América ganó, se dio la noticia de que el Presidente de la república los recibirá gustoso en Los Pinos.
Once jugadores, más uno que otro semianalfabeta dedicado a ese deporte, serán recibidos por el Presidente.
El presidente encuentra más afinidad con ellos que con cualquier otro grupo de mexicanos que tiene días, meses años, esperando ser recibido para ser escuchado, con la esperanza remota de que sus problemas sean resueltos.
Un caso claro y reciente son los padres de los 43 normalistas, a quienes no han permitido que se acerquen con o sin manifestación tras ellos.
Pero para el poder once jugadores de futbol, prácticamente carentes de pensamiento crítico, son más importantes que 43 desaparecidos, tal vez por ser parte de la población creciente de pensamiento crítico. El poder quisiera que todos los jóvenes mexicanos fueran como los once jugadores del América, o de cualquier otro equipo de futbol.
Pero no todo lo relativo al deporte carece de pensamiento crítico, precisamente en uno de los canales de televisión donde transmiten sólo deportes SPN, uno delos locutores al saber la noticia de que los jugadores del América serían recibidos en Los Pinos, dijo que se juntarían las dos desgracias mayores del país: Peña Nieto y el América.
Con o sin razón, se trata de un pensamiento crítico que va más allá de los límites del deporte y de nuestras fronteras porque aunque lejos del país y fuera de su territorio, los mexicanos cuestionan una realidad que les parece denigrante.
De se soltaron otras críticas en ese mismo contexto que es necesario conocer para saber la perspectiva que del país tienen muchos mexicanos y extranjeros fuera de nuestras fronteras, porque hubo quien afirmó que tanto el América como el actual presidente están acostumbrados a ganar con trampas.
Lo cierto es que el origen del prestigio América y del actual presidente, es el mismo. Televisa fue la encargada de encumbrar a Peña Nieto y al América, si no fuera por la difusión y cobertura de esta televisora comercial su popularidad sería menor. Pero la televisora promueve a su equipo y transmite sus juegos y jugadas. Ahí está el secreto.
El gobierno, como institución premia y castiga. Reconoce o rechaza, Recibe o desdeña. Ahí es donde radica la clasificación del actual sistema político mexicano. En los hechos, en la hospitalidad que puede dar el poder a quienes requieren del reconocimiento o el apoyo de un gobierno selectivo que debía estar apoyando a todos los mexicanos no sólo a algunos, de preferencia adheridos como lapa, a las disposiciones gubernamentales sin pensar siquiera si afectan o no al grueso de la población.
Esos son las mejores huéspedes de Los Pinos, hombres y mujeres que tienen en el ejercicio físico su mejor logro. Para qué usar el cerebro sin con sólo ejercitarse tienen el reconocimiento del propio Presidente de la República.
Hace sólo unos días Fernando del Paso en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, el día en el que se convirtió en el sexto autor mexicano en recibir el Premio Cervantes, advirtió que México va camino de un Estado totalitario y que las cosas no han cambiado en México, sino para empeorar; continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo.
Fernando del paso nunca será recibido en Los Pinos.
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