Tiempo de México

Macario, ‘el ahijado de la muerte’.

Macario, ‘el ahijado de la muerte’.
Periodismo
Octubre 31, 2017 23:08 hrs.
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José Arroyo Reyes › guerrerohabla.com

’La vida es un sueño’


’La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera’- José Guadalupe Posada

Ahora que me embelesé mirando una vez más en una pantalla chica la película ’Macario’, mi mente viajo al pasado del año de 1959, lapso en la que tenía, sino mal recuerdo, unos 10 años de vida. Mi humilde hogar para entonces estaba muy cerca del zócalo taxqueño, lugar en donde se filmaron las primeras escenas de esta formidable película mexicana; mi mamá, como aún no existían muchos autos, me daba permiso o iba con ella a ver a los artistas.
Ahí conocí a don Ignacio López Tarso, pues creo que hasta de extra participe en la película. Vi con impresión también esos enormes y vistosos carruajes tirados por caballos y alrededor del kiosco la gente caminaba con extrañas vestiduras de la época colonial o del virreinato.
La Casa Borda, hoy Centro Cultural y la parroquia de santa Prisca fueron dos locaciones perfectas; sobre todo el templo para que la producción de la película montará un tribunal del Santo Oficio’ para decir la vida de ’Macario’, ‘El ahijado de la muerte’.
También vagamente recuerdo que por primera vez entre a las Grutas de Cacahuamilpa, seguramente alguien me llevo y no recuerdo quién. Aquí se filmó también una importante parte de la película, así como en la maravillosa Laguna de Zempoala, en el estado de Morelos.
¿DE QUE TRATA LA PELÍCULA?
Macario es un humilde leñador muerto de hambre y de familia numerosa que entabla ultraterrenales negocios con La Muerte. El trato con la conductora de almas consiste en que nuestro famélico héroe, quien se ha quitado siempre el mendrugo de la boca para cedérselo a sus anémicos críos, le convide un bocado de un guajolote que su mujer le ha conseguido para que lo coma él solo (guajolote-manzana otorgado por Eva-Pina Pellicer a Macario-Adán).
Las presencias espectrales del diablo (vestido como el Zorro) y de Dios (Dios padre, anciano peregrino) ante el indígena Macario, son singulares, pero nunca tan significativas como la de La Parca (como campesino miserable), quien le da poderes de curandero a cambio de poca cosa, su vida.
Esa es la historia de Macario, donde quiere la casualidad que durante la fiesta de los difuntos, al hombre más rico del pueblo se le estropee el horno y envíe a cocinar media docena de guajolotes al horno donde el hambriento Macario va a vender su leña. La combinación entre su deseo por los guajolotes y su miedo a la muerte, le producen a Macario una extraña pesadilla, al despertar de la cual, toma la firme determinación, de no volver a probar bocado, hasta poder comerse un guajolote él solo, sin compartirlo con nadie. Porque comerse a un guajolote representa ’toda el hambre de mi vida, todo lo que he dado y no he recibido’, dice el leñador.
Pero Macario solamente convida a la Muerte, porque se da cuenta que ya no tiene mucho tiempo y porque ’se ve que tiene una hambre más antigua’ que él. A cambio, el personaje le entrega una botella de agua milagrosa capaz de curar cualquier enfermedad, lo que lo lleva a enfrentar un don que volverá su vida una pesadilla.
Con ella, la fortuna del leñador cambia: logra vencer recelos y tacañerías, y desplaza a profesionales tan influyentes como médicos y enterradores, a los que momentáneamente deja en paro cuando los veredictos sean la salvación de los moribundos. Pronto gana mucho más dinero que el doctor del pueblo, por lo que se especula que Macario es brujo.
Las especulaciones llegan hasta los misioneros de la Santa Inquisición, que presumen quemarlo vivo por su supuesto vínculo con el diablo. El virrey lo manda quemar. Sin embargo, el hijo del virrey se pone enfermo y su esposa quiere que Macario lo cure. El virrey le da una última oportunidad a Macario: si salva a su hijo quedará libre, sino lo salva, morirá en la hoguera.
Macario acepta, pero su destino lo confronta y le da una lección, pues el hijo del virrey muere y él tiene que escapar por la ventana. Para la escena (Grutas de Cacahuamilpa) en que la Muerte explica a Macario que las miles de velas que ve representan la vida finita de cada ser humano y que cuando se apaga la vela de la vida (ordenes supremas), no hay nada ni nadie que lo salve.
Macario fue filmada del 7 de septiembre al 9 de octubre de 1959 en los Estudios Churubusco, con locaciones en Taxco, Zempoala y las grutas de Cacahuamilpa. Se estrena el 9 de junio de 1960, en el cine Alameda. Emilio Carballido, dramaturgo - creador de virtuosos diálogos, es el responsable del guion al lado del realizador Roberto Gavaldón. Aunque la novela en que se basa, del mismo nombre, no fue escrita por un mexicano, sino por un anarquista alemán llegado a nuestro país desde los años veinte, Bruno Traven, su adaptación del ambiente ultramexicanista descrito en la obra literaria original resulta todo un triunfo estético para el cine nacional…gentedetaxco@hotmail.com

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