Mal empieza la semana, al que ahorcan en lunes

Los primeros diez días de este dos mil diecisiete parecen pronosticar que los 355 restantes no serán de paz, de armonía, de tranquilidad, tampoco de progreso ni de conciliación. Feliz sería de equivocarme y que ocurra todo lo contrario, porque México requiere de soluciones a la crisis nacional. Urge una administración gubernamental que se abra ante los millones de mexicanos, con un real acercamiento a los sectores sociales y que derrumbe la cortina del silencio informativo.
Este primer mes del decimoséptimo año del joven siglo XXI comenzó extremadamente violento y, aunque oficialmente no se admita, la cadena de hechos es atribuible a la nula comunicación que caracteriza al sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto. Anunciar la aplicación de nuevos precios a las gasolinas y al diesel, originó la protesta violenta en casi todo el país. Una sola palabra bastó para bautizar la impopular disposición presidencial: ’gasolinazo’ que ha provocado marchas callejeras, cierres de vías terrestres, saqueos a centros comerciales y vandalismo generalizado.
No podemos olvidar que otros eneros también atrajeron nuestra atención. Con Carlos Salinas de Gortari hubo dos noticias internacionales: el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el primer día de 1994. Diez días después se acordó el cese al fuego y el movimiento acampó en cinco municipios de Chiapas. También en el régimen salinista, el 10 de enero de 1989, se aprehendió, con lujo de fuerza, al dirigente de los trabajadores petroleros, Joaquín Hernández Galicia, ’La Quina’, porque se le acusó de haber patrocinado la publicación de un libro donde se relata cómo los hermanos Raúl y Carlos Salinas de Gortari ’fusilaron’ a una sirvienta. El líder petrolero fue procesado por varios delitos, entre ellos el de homicidio. También se dijo, en esos días, que la detención obedeció a que Joaquín apoyó la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, del Frente Nacional Democrático.
Retomando los hechos que estamos viviendo en muchas ciudades capitales, debo destacar que el priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, gobernador de Jalisco, para calmar los ánimos de sus gobernados anunció medidas para contrarrestar la violencia por el nada popular ’gasolinazo’. El pasado domingo en la Casa Jalisco dijo que en Guadalajara no se aumentará el precio del transporte público; serán ajustadas en un 40 por ciento las percepciones salariales de los funcionarios públicos; se creará un Fondo de Contingencia para beneficio de las familias más vulnerables; así como se reducirán los gastos de gasolina, de vehículos, de comunicación social y de representación.
Otra de las medidas anunciadas por Sandoval Díaz, es la de enviar, a la Cámara de Diputados Local, la iniciativa para que se suprima el financiamiento a los partidos políticos, en los años sin actividad electoral en los tres niveles de gobierno. Esa importante suma que hoy se entrega, dijo el gobernador, se incluiría en el Fondo de Contingencia, al que se agregarían las aportaciones de los municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Sin embargo, en la Capital Tapatía continúan las manifestaciones de protesta contra el gobierno federal e inclusive uno de los grupos, que el lunes se apostó frente a las oficinas recaudadoras estatales, llevaba una manta con la leyenda: ’Al pueblo de México: cuánto más vamos a aguantar con estos sinvergüenzas en Los Pinos’. Los transportistas afirmaron que si no hay marcha atrás en la decisión del gobernador, el servicio urbano ’se parará’. En cuanto a reducir los recursos a los partidos políticos, la respuesta del PRI, del PRD y del presidente municipal Enrique Alfaro Ramírez, de Movimiento Ciudadano, fue favorable.
En la residencia presidencial, en la Ciudad de México, con asistencia del Presidente Enrique Peña Nieto, anteayer se firmó el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar. Estamparon su rúbrica los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial, de la agónica Confederación de Trabajadores de México (CTM) y de la invisible Confederación Nacional Campesina (CNC). No firmaron el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y el gobernador de Morelos que encabeza a la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO).
Lo que no se comprende en el círculo presidencial es que la ciudadanía está harta de palabras. Los pactos y los acuerdos políticos, entre el gobierno, los partidos políticos y la iniciativa privada, no resuelven los problemas ni dan margen a recuperar la credibilidad y la confianza en las instituciones. A la inseguridad siguen hermanadas la corrupción y la impunidad. En este año, a pesar de las declaraciones oficiales, ’el gasolinazo’ provocó ya el incremento en los precios de todos los productos que se requieren para la alimentación y vendrán los de otros servicios, aunque se hable de subsidios.
Una vez más, en los 50 meses del sexenio peñanietista, las acciones emprendidas por el mexiquense no solo resultan impopulares, ahora se violentaron. Por circunstancias diferentes, la mañana del 1 de diciembre de 2012 aparecieron jóvenes encapuchados que se autodenominaron ’anarquistas’ e irrumpieron en las afueras del edificio de la Cámara de Diputados y después causaron destrozos en comercios de la céntrica Avenida Juárez. Fue un mal comienzo del gobierno priista, después de dos sexenios panistas, que me hizo recordar una frase que, aunque no era de él, repetía mi compadre Manuel Buendía: ’Mal empieza la semana, al que ahorcan en lunes’.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Será verdad que ningún Presidente de México se despierta con la intención de joder al pueblo, como textualmente lo dijo Peña Nieto?
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