Concatenaciones
Fernando Irala Burgos
En veinte días, en 14 entidades del país habrá elecciones, de las cuales en una docena se elegirá a su nuevo gobernador, en Baja California se renovará el congreso local y los ayuntamientos, y en la ciudad de México se designará a los diputados que diseñarán y aprobarán la primera Constitución capitalina.
Además de los resultados en cada entidad, los comicios son tomados por la clase política como un momento de medición de fuerzas, como termómetro de la situación política nacional y de las tendencias de preferencia o rechazo ciudadano hacia cada agrupación partidaria, y ahora de las opciones independientes que han proliferado.
Y aunque ahora no se esperan sorpresas como el triunfo de un candidato sin partido –como ocurrió con la gubernatura de Nuevo León el año pasado— en la mayoría de los casos se advierte una disputa cerrada y la oposición apuesta a arrancarle al PRI algunos de los estados que hasta ahora gobierna.
Las alarmas están prendidas en Tamaulipas, donde el partido en el poder asevera que existe intervención del crimen organizado en favor del abanderado panista.
También en Veracruz se advierte una contienda cerrada, pese a que al igual que en Puebla se trata de designar mandatarios para dos años y no un sexenio completo. En ambos casos hay acusaciones de enriquecimiento inexplicable de los candidatos mejor posicionados.
En otros estados los partidos de izquierda mantienen un buen posicionamiento, como en Tlaxcala, Zacatecas y Quintana Roo.
Así que la jornada electoral del 5 de junio en modo alguno será un día de campo para ninguno de los contendientes, y luego de las votaciones tendremos un mapa político distinto, que obligará a reelaborar los pronósticos y estrategias rumbo a la elección presidencial de 2018.
Restan aparentemente más de dos años para llegar a esa fecha, pero en realidad los partidos tendrán que definir sus opciones hacia finales del año próximo, así que como advierten los letreros de los espejos laterales de los vehículos, todo está más cerca de lo que parece. Y partidos y aspirantes lo saben bien.
