Mensaje de Navidad

Sí. Hoy es Nochebuena, y mañana Navidad. Y hoy, queridos amigos, permítanme expresarles mis buenos deseos, y por supuesto, reiterarles mi aprecio y respeto. Hoy como nunca, en estos tiempos de cólera y violencia, les deseo amor, paz y tranquilidad.

Es cierto. Es muy difícil, en estos tiempos violentos, en donde el hombre para el hombre es un lobo, encontrar amor, paz y tranquilidad. Y es que en estos tiempos de lucha fratricida, el amor, la paz y la tranquilidad no hay que buscarla fuera, sino dentro de uno mismo.

Sí. Solo si nos reencontramos con nosotros mismos, tendremos paz, tranquilidad y amor. Sólo si volvemos a ser semejanza e imagen del Altísimo, volveremos a ser hombres y mujeres de amor.

Sí. Hoy es Nochebuena, y mañana Navidad. Hoy nos reunimos en ocasión de festejar el nacimiento de Aquel que vino a prodigar amor, Aquel que nos enseñó a orar ’padre nuestro que estás en los cielos…’, de Aquel que cobijó a los niños y perdonó a los pecadores, y de Aquel que ante la traición pidió amar ’al prójimo como a ti mismo’. Hoy nos reunimos en su nombre y…

Y sin embargo, hay que decirlo, olvidamos al mismo tiempo el mensaje de amor que vino a darnos.

Ojalá y la Navidad, aunque hay quienes no la celebran, fuera no solo un día, sino cada uno de los 365 que tiene el año. Las muestras de amor, de respeto, de reconciliación y de entendimiento, ojalá fueran constantes. Ojalá y fueran todo el tiempo.

Ojalá y se entendiera que el nacimiento de Jesús, el nuevo pacto de los hombres con Dios, es el mayor mensaje para volver a ser imagen y semejanza del Creador.

En fin. Hoy es Nochebuena, y estimados amigos, todos, los que tengo el gusto de conocerlos personalmente, o por las redes sociales, les reitero mi afecto y respeto. Abrace a su esposa, a su compañera, a sus hijos y comprométase a ser mejor. El mundo, y las condiciones de violencia no van a cambiar si nosotros mismos no cambiamos.

Perdone y pida perdón. Reconcíliese. Diríjale la palabra a quien no le habla por cualquier motivo, y haga esa llamada que no ha hecho porque el rencor, el orgullo o el tiempo no se lo ha permitido.

Si hoy es Nochebuena, o lo que es lo mismo, el anuncio del nacimiento del niño Jesús, que después, pese a estar en la cruz le dijo al ladrón arrepentido aquello de ’verdaderamente te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso’, por qué no podemos perdonarnos nosotros mismos?

Hoy es Nochebuena, y mañana Navidad. Aquellos que perdieron un ser querido, mi pésame y solidaridad. Ellos, los que se han ido, duermen el sueño de los justos. Oremos por ellos.

Reciban, pues, amigos míos, incluidos mis lectores que también son mis amigos, mi aprecio y respeto por siempre.

Por supuesto, le envío un abrazo a mis hijos, a mis padres, a mis hermanos, y por supuesto, a la mujer que amo.

¡Feliz Navidad!