Mi gobierno no ha sido omiso: HAF

• Mi gobierno no ha sido omiso: HAF
• Deplorable el crimen de Demetrio
El miedo se huele en todas partes.
El fenómeno de la alta criminalidad ya escaló peldaños de la política y no distingue colores de partidos, ni filiaciones ideológicas. La impunidad es el caldo de cultivo que nutre a la narcoviolencia, en franco desafío a las instituciones legales y burla al Estado de Derecho.
En este (des)concierto abrumador de actos de barbarie, el reparto de culpas y responsabilidades no puede ser premisa. Constituye un factor de comprensión a lo que se padece, sí, pero no es excusa ni puede ser argumento que alivie la zozobra.
Héctor Astudillo Flores como gobernador de Guerrero ha sido puntual en observar este recrudecimiento de la violencia, como consecuencia de la disputa de grupos ligados al cultivo, trasiego y venta de estupefacientes. Es un elemento, pero a la par hay otros grupos que aprovechando el momento generan un clima de inestabilidad política al orquestar y perpetrar crímenes sensibles y focalizados al entorno político-partidista.
Son dos vertientes distintas que se confunden fácilmente, pero a los ojos de criminólogos no es así. Los homicidios de alto impacto, donde las víctimas tienen un trabajo en la lucha social, partidista, política, no pueden dilucidarse ni esclarecerse bajo la premisa de supuestos vínculos con criminales ligados al narcotráfico. Son parte de varias líneas de investigación, el entorno personal, familiar, laboral, partidista, pero al calor de lo inmediato se busca confundir y crear pánico por la forma en que se comete.
Astudillo dejó en claro que su gobierno no ha sido omiso, ni lo será –advirtió— ante este tipo de desafíos que buscan generar un clima de ingobernabilidad. Está su gobierno bajo un asedio, es obvio.
Florencio Salazar Adame, secretario general de Gobierno, llamó a algunos políticos ’cínicos e hipócritas’ y lanzó una interrogante demoledora: ’¿Ya olvidaron como dejaron Guerrero?’.
Mensaje encriptado, con destinatarios sin nombre, pero que en su tiempo dejaron de hacer, dejaron pasar. Debió decirlo SIN MEDIAS TINTAS quiénes son los cínicos e hipócritas amnésicos.
Hoy es otra circunstancia y otra responsabilidad la que se enfrenta con todo el poder del Estado de Derecho. Los enemigos de un gobierno están identificados como la impunidad y la corrupción. El país se convulsiona por el oprobio de 16 gobernadores señalados de toda suerte de fechorías y enriquecimientos ilícitos.
Aquí hay evidencias, pero con soslayo se dejan pasar. Ya no hay palabras para recordarlo, ni repetirlo. El corazón se apachurra por la grave descomposición que se siente. La nota roja es noticia nacional, de alto impacto. Lo bueno que se haga, es desdibujado por la desgracia.
Me lo dijo el último ideólogo del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, en una caminata por Casa Guerrero: ’Llevo cinco años y meses luchando por acabar con esa fama negra de que los guerrerenses somos ingobernables… y no he podido’. El contexto de esa charla fue la masacre de 17 campesinos en Huautla, municipio de Tlacotepec.
Ya pasaron más de dos décadas y la violencia no cesa.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.