Inundaciones y aludes provocados por torrenciales lluvias monzónicas causaron la muerte de al menos 67 personas en Nepal, donde además hay unos 30 desaparecidos, según la policía local.
En Bangladés, han muerto al menos 29 personas desde el 9 de julio. Otras diez personas fallecieron en los gigantescos campamentos de rohinyás en el sudeste de este país. En el sector paquistaní de Cahcemira murieron 18 personas, mientras que en India un edificio se desplomó tras varios días de lluvia en la región montañosa de Himachal Pradesh (norte), causando la muerte a 14 personas, 13 de ellas soldados.