La Hoguera
Emmanuel Ameth
Ya no es necesario esperar al segundo o tercer debate organizado por el IEEH para ver al candidato por Movimiento Ciudadano al gobierno de Hidalgo, Francisco Xavier, decantarse a favor del PRIAN y de su candidata Carolina Viggiano.
Y es que aunque su rival directo sea Lima Morales del PVEM, para ver quién de los dos evita el cuarto lugar en al contienda electoral, sigue participando como un activo más del PRIAN para tratar de restarle puntos a Morena.
Porque paralelo a que su partido quiere tumbar la candidatura de Julio Menchaca en Tribunales, su labor ha sido la de tratar de mermar la imagen del candidato puntero no tocando ni con el pétalo de una rosa a Viggiano, tal como lo ha demostrado en cada espacio donde ha participado.
Primero, fueron oscuros intereses dentro del morenismo estatal, aquellos confabulados con Simón Vargas, los que le dieron una diputación plurinominal en el partido guinda y que luego incluso lo quisieron colocar como candidato.
En su momento, incluso se aseguró que era el personaje más conocido dentro de las filas morenistas previo a la selección del candidato… lo que omitieron informar es que en efecto lo era pero por sus negativos. La misma encuesta de Parametría identificó que en Hidalgo la opinión efectiva sobre Movimiento Ciudadano era de 14% (solamente detrás de Morena), pero gracias a la postulación de Francisco Xavier, se pierden casi la mitad de sus preferencias.
Arias Consultores por ejemplo, identifica a Osorio Chong como el político más conocido de Hidalgo a nivel nacional, pero está también en la terna de políticos más repudiados por parte de la ciudadanía, pues no es lo mismo el conocimiento de un candidato que su popularidad.
La actitud de Francisco Xavier de beneficiar al PRIAN tras bambalinas no es nueva.
En 1999, en su primera derrota como candidato a la gubernatura, lapidó la propuesta aliancista para hacer de Granados Chapa un candidato competitivo contra Núñez Soto. En 2010, incluso con alianza, dejó sola a Xóchitl Gálvez y operó en su contra. En 2016, si bien nunca tuvo oportunidad de ganar, tampoco hizo mayor esfuerzo.
En su momento, seguramente vendió caro su amor como buen mercenario de la política. Esta ocasión sin embargo, sus activos están muy mermados y su ayuda para el PRIAN, en perjuicio de la transición, son despreciables. Y es que al ya no poder vender humo -tiene una probabilidad de victoria menor al 0.01%-, ya ni siquiera se esfuerza en querer hacer campaña.