R A F A G A
Jorge Herrera Valenzuela
El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación quedó integrado con sus nueve ministros y dos ministras para sesionar a partir de enero de 2016. Una abogada y un abogado, ambos con su historial en el medio judicial, sin etiqueta ni colores partidistas, ocuparán las vacantes que dejaron doña Olga María del Carmen Sánchez Cordero de García Villegas y don Juan Nepomuceno Silva Meza, quien presidió el máximo órgano de la justicia federal.
De acuerdo con el fallo de los senadores llegan, al edificio ubicado en Corregidora y Pino Suárez, en el costado Sur de Palacio Nacional y cerrando parte de la Plaza de la Constitución, dos juristas que coincidentemente nacieron en 1959, en diferente mes; ella es defeña y él es coahuilense. Los dos tienen suficientes méritos académicos y pleno conocimiento de la materia, lo que deja tranquilos a todos.
Bueno, se trata de los doctores en Derecho Norma Lucía Piña Hernández y Javier Laynez Potisek. La joven jurista deja vacante el sillón de Magistrada del Vigésimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, mientras que el torreonense deja la titularidad de Procurador Fiscal de la Federación, donde estuvo desde febrero de 2008 hasta el día de su designación como ministro. Norma Lucía en 2012 fue propuesta para el cargo que hoy ocupa y Javier no llegó a la Corte Penal Internacional, en 2008. Hoy la fortuna les sonríe.
Por esta ocasión referiré que la licenciada Piña Hernández es la undécima mujer que recibe el honor de llegar al alto tribunal del Poder Judicial Federal. En 1961 el Presidente Adolfo López Mateos propuso a la abogada oaxaqueña María Cristina Salmorán de Tamayo para que se integrase a la Suprema Corte, cuando 27 juristas constituían el pleno. Doña Cristina se convirtió en la primera ministra, coronando su destacada carrera judicial. En ese mismo sexenio, por primera vez un puñado de jóvenes egresadas de la Facultad de Derecho de la UNAM fueron nombradas Agentes Investigadoras del Ministerio Público, por don Fernando Román Lugo, Procurador General de Justicia del Distrito y Territorios Federales. Posteriormente dos de ellas fueron ministras: Victoria Adato Green e Irma Cué Sarquis. Vicky, mi compañera preparatoriana, ha sido la primera y única procuradora de justicia en el D.F.
Las otras abogadas que fueron ministras: en el sexenio del presidente Echeverría y por un año, en 1975-76, Livier Ayala Manzo. En ese mismo sexenio, fue nombrada la doctora Gloria León Orantes. Entre 1983 y 1985, en los gobiernos de los presidentes López Portillo y Miguel de la Madrid: Fausta Moreno Flores, la agrarista y mi maestra Martha Chávez Padrón, Vicky Adato, Clementina Gil de Lester y la veracruzana Irma Cué.
Ahora la chiapaneca Margarita Beatriz Luna Ramos tendrá como compañera a la capitalina Norma Lucía, quien en otra época fue secretaria de Estudio y Cuenta, proyectista, en la Primera Sala de la Suprema Corte. La licenciada Luna Ramos, perteneciente a una dinastía de juristas, es ministra desde febrero de 2004 y en las pasadas elecciones para suceder al ministro presidente Silva Meza, la hija predilecta de San Cristóbal de las Casas pretendió ser la primera en presidir a esa importante institución, pero no consiguió los votos necesarios.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿La designación de dos juristas de carrera marcará, esperemos que sí, el comienzo de una nueva etapa gubernamental de nombrar a las personas adecuadas para el cargo que desempeñarán?
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